Reportaje:

El viento que se lleva el mar

El Foro de la Energía Eólica Marina incidirá en los puntos comunes entre defensores y detractores de los parques

No habrá ni un sí ni un no. Pero serán igualmente contundentes porque se basarán en un trabajo científico. Las esperadas conclusiones del Foro de la Energía Eólica Marina, un órgano auspiciado por la Diputación de Cádiz para abordar en profundidad estos proyectos, no expresarán un apoyo o un rechazo a los parques. Pero sí fijarán algunas posiciones sobre polémicas cuestiones como el impacto visual, las afecciones a la pesca o la creación de puestos de trabajo.

Los responsables del foro continúan trabajando para presentar el documento final antes de agosto. Durante ocho meses, han escuch...

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No habrá ni un sí ni un no. Pero serán igualmente contundentes porque se basarán en un trabajo científico. Las esperadas conclusiones del Foro de la Energía Eólica Marina, un órgano auspiciado por la Diputación de Cádiz para abordar en profundidad estos proyectos, no expresarán un apoyo o un rechazo a los parques. Pero sí fijarán algunas posiciones sobre polémicas cuestiones como el impacto visual, las afecciones a la pesca o la creación de puestos de trabajo.

Los responsables del foro continúan trabajando para presentar el documento final antes de agosto. Durante ocho meses, han escuchado a todas las partes implicadas. Sin embargo, pocos han sido los que han esperado a oírles a ellos antes de posicionarse sobre el desarrollo de esta energía.

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Frente a las costas de la comarca de La Janda, hasta cinco proyectos de parques eólicos marinos se han enfrentado a la furibunda oposición de los ayuntamientos implicados, Barbate, Vejer y Conil (curiosamente gobernados por partidos distintos: PP, PSOE e IU, respectivamente) y de activos colectivos como el pesquero. Un enfrentamiento que la prensa extranjera no ha dudado en bautizar como la nueva batalla de Trafalgar.

En medio del desconocimiento general sobre la energía eólica marina, el Área de Medio Ambiente de la Diputación de Cádiz, presidida por el andalucista Manuel María de Bernardo, apostó por crear un órgano que sirviese para estudiar la viabilidad de los proyectos y reunir opiniones de todos los sectores. En noviembre de 2004, arrancaba el trabajo del Foro de la Energía Eólica Marina y el Desarrollo Sostenible.

Su primera misión fue convocar a más de 50 agentes, aunque finalmente acudieron 28, a sesiones técnicas en las que los portavoces de cada partido podían aclarar sus dudas. Empresas promotoras, pescadores, representantes ministeriales, cargos de la Junta, alcaldes, ecologistas, empresarios, sindicatos e investigadores fueron algunos de los invitados. Generaron más de 30.000 folios de documentación tras 10 encuentros, que despertaron el interés del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que valoró el carácter "novedoso y prometedor" de la experiencia.

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Las sesiones técnicas concluyeron con unas jornadas abiertas al público, que volvieron a reunir a un gran número de expertos y agentes implicados. La intención era fomentar puntos de encuentro, aunque las posiciones separadas de cada parte originaron momentos de indignación que tensaron todavía más las diferencias existentes. Apenas cuatro días después de esas jornadas, el presidente de la Junta, Manuel Chaves, aceptaba reunirse con los defensores del no a la energía eólica marina. En ese encuentro, el presidente les transmitió que no apoyaría los parques al no haberse alcanzado el consenso social. Un anuncio que forzó al día siguiente una moción en el pleno de la Diputación sumándose a ese rechazo, que fue aprobada por todos los partidos. Los mismos partidos que habían apoyado por unanimidad crear el Foro de la Energía Eólica Marina y no pronunciarse hasta escuchar sus conclusiones.

Los técnicos provinciales de Medio Ambiente no tendrán listo el documento hasta finales de julio. Después se prevé que sea llevado a pleno para su debate. En él trabajan 10 personas y un coordinador. El texto pretende ser lo más científico posible y se basará no sólo en las opiniones vertidas por los participantes de la sesiones técnicas, sino también en estudios propios. Entre ellos, la campaña de muestreo del impacto paisajístico de los parques.

Técnicos del foro han viajado hasta la zona, han obtenido pruebas fotográficas, datos de batimetría -medición de las profundidades marinas- y distancia a la costa que, en referencia a una cartografía marina de localización, servirán para aproximar el impacto visual de los molinos. También se ha investigado la situación del atún rojo, una de las especies por la que más se teme si se desarrolla esta energía, y se han realizado análisis socioeconómicos sobre la creación de puestos de trabajo que pueden generar estos proyectos.

Los resultados serán dados a conocer a finales de julio, aunque ya se sabe que estas conclusiones incidirán en romper una de las creencias más repetidas: que los parques cuentan con un rechazo frontal generalizado. Según el resumen de posicionamientos elaborado por el foro, son más los agentes invitados que se han mostrado a favor, condicional o incondicionalmente, de la energía eólica marina en Cádiz que en contra: 12 frente a nueve. Los que se muestran a favor incondicionalmente son los promotores. Ponen algunas reservas pero apoyan su desarrollo representantes de la Junta, expertos universitarios, ecologistas, sindicatos y empresarios. En contra, están pescadores, ayuntamientos y representantes vecinales. Precisamente, los colectivos a los que recibió Chaves y en los que basó su rechazo por la falta de apoyo social. Otros siete agentes que acudieron a las sesiones técnicas prefirieron no posicionarse.

Según datos del foro, el 50% de los participantes se mostró partidario de realizar una planificación de la energía eólica marina, y el 40% de sacar adelante estos parques con una Evaluación Ambiental Estratégica, un instrumento para desarrollar grandes proyectos con la consulta constante a los agentes implicados. Sólo el 10% se opuso tajantemente a la instalación de los molinos en el mar.

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