REINO UNIDO | REFERÉNDUM EUROPEO | Reacciones en Europa

Blair dice que el verdadero debate es sobre la economía europea

Tony Blair no quiso ayer pronunciarse sobre la suspensión o no del referéndum británico como reacción al no francés y afirmó que el debate no es tanto la Constitución en sí misma como el futuro de las economías europeas y cómo fortalecerlas para afrontar la competencia de países terceros. Blair hizo estas manifestaciones en Italia, donde pasa unos días de descanso aprovechando que ayer fue festivo en el Reino Unido.

Blair pidió un "tiempo de reflexión", hasta que pase el referéndum holandés, mañana miércoles, y se reúna luego el Consejo Europeo a mediados de junio. Pero, aunque l...

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Tony Blair no quiso ayer pronunciarse sobre la suspensión o no del referéndum británico como reacción al no francés y afirmó que el debate no es tanto la Constitución en sí misma como el futuro de las economías europeas y cómo fortalecerlas para afrontar la competencia de países terceros. Blair hizo estas manifestaciones en Italia, donde pasa unos días de descanso aprovechando que ayer fue festivo en el Reino Unido.

Blair pidió un "tiempo de reflexión", hasta que pase el referéndum holandés, mañana miércoles, y se reúna luego el Consejo Europeo a mediados de junio. Pero, aunque los Veinticinco parecen decididos a mantener inalterable el proceso de ratificación de la Constitución europea, Blair parece confiar en que la sucesiva acumulación de noes acabe por enterrar el proyecto actual y la permita suspender un referéndum que muchos ven como su tumba política. Si desde el punto de vista doméstico, el no francés le facilita la vida al primer ministro, desde el punto de vista de la política exterior se la complica porque el Reino Unido tomará el relevo de la presidencia europea el próximo 1 de julio. Y, sobre todo, complica la vida de los europeístas británicos, atrapados entre las presiones locales a favor de una Europa más liberal, más británica, y el pálpito del no francés en dirección opuesta, hacia una Europa económicamente más proteccionista.

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A juicio de Blair, "lo que subyace" tras el no francés va más allá del apoyo o el rechazo a la Constitución, "es una cuestión más profunda sobre el futuro de Europa y, en particular, el futuro de la economía europea y cómo afrontar la globalización y el cambio tecnológico". El debate constitucional "es razonable y necesario", añadió, "pero el debate actual en Europa y entre los europeos es acerca del empleo, la seguridad económica, los servicios públicos y la reforma del bienestar en una era de globalización, inmigración ilegal, crimen organizado".

Crisis de legitimidad

Pero europeos y antieuropeos interpretan en el Reino Unido de manera opuesta el voto de los franceses. The Telegraph, visceralmente antieuropeo, considera que "es difícil imaginar una crisis de legitimidad más grave para la UE", asegura que "Europa ha perdido la confianza de sus ciudadanos" y "ha llegado la hora de cambiar de dirección" y se pregunta "qué parte de la palabra no" no han entendido los líderes europeos.

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Desde la óptica europeísta, The Guardian estima que el resultado es "una muy mala noticia para quienes quieren una Europa coherente" y significa "un alarmante retraimiento

de su histórico papel como entusiasta motor de la integración europea". Pone en cuestión que, dadas las circunstancias, puedan empezar en octubre las negociaciones de adhesión de Turquía, y advierte contra el peligro de que los gobiernos se retraigan para encerrarse en sus "estrechas agendas nacionales".

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