Matas declara por escrito en el juicio por el espionaje electrónico al PSOE

El presidente de Baleares, Jaume Matas (PP), declaró ayer por escrito como testigo en el juicio que comenzó en la Audiencia de Palma contra su secretaria personal desde 1996 y directora general de Presidencia desde julio de 2003, Francisca Pascual, y su auxiliar en el despacho, Sebastián Vallori, por el caso del supuesto espionaje electrónico al diputado y ex consejero Francesc Quetglas (PSOE) en 1998. La acusación particular pide para ambos una pena de cuatro años de cárcel y nueve de inhabilitación absoluta por un delito de descubrimiento y revelación de secretos. La Fiscalía no acusa, tras ...

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El presidente de Baleares, Jaume Matas (PP), declaró ayer por escrito como testigo en el juicio que comenzó en la Audiencia de Palma contra su secretaria personal desde 1996 y directora general de Presidencia desde julio de 2003, Francisca Pascual, y su auxiliar en el despacho, Sebastián Vallori, por el caso del supuesto espionaje electrónico al diputado y ex consejero Francesc Quetglas (PSOE) en 1998. La acusación particular pide para ambos una pena de cuatro años de cárcel y nueve de inhabilitación absoluta por un delito de descubrimiento y revelación de secretos. La Fiscalía no acusa, tras variar su rumbo por indicación del anterior fiscal general del Estado, Jesús Cardenal.

Matas manifestó que se siente objetivo de "una batalla política" para obtener "una gran repercusión mediática, en la que lo de menos era averiguar la verdad", y rechazó conocer el pinchazo del correo electrónico. Quetglas afirmó en la sala que con los frutos del espionaje de sus e-mail, el Gobierno del PP adoptó "por interés político" decisiones que se anticipaban o bloqueaban las de su formación en el Consell de Mallorca en materia de urbanismo.

Quetglas exigió que se averigüe la verdad y quién violó la intimidad de sus comunicaciones en Internet. Citó tres de sus e-mails hallados en el ordenador de la secretaria de Matas: un informe jurídico, una propuesta de manifiesto del PSOE y un documento del asesor que preparó un plan territorial de Mallorca.

La Audiencia, en un auto previo, al negar el archivo decretado por el instructor, resaltó que el pinchazo del correo de Quetglas es un "hecho indiscutible, no controvertido y admitido por todas las partes". El PP y los técnicos lo atribuyen a un error personal.

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