Israel se niega a liberar a más presos mientras Abbas no actúe contra los radicales palestinos

Sharon retiene a 400 de los 900 reclusos que se comprometió a sacar de las cárceles

Israel se niega a liberar a más presos palestinos mientras la Autoridad Nacional Palestina no actúe con contundencia contra los grupos radicales y se ponga fin así a los ataques contra las ciudades israelíes desde la franja de Gaza. La decisión supone congelar los Acuerdos de Sharm el Sheij, que Ariel Sharon y Mahmud Abbas firmaron el pasado 8 de febrero en Egipto y en los que los israelíes se comprometieron a liberar a 900 reclusos, de los que hasta el momento únicamente han sido excarcelados 500.

"Todo el mundo me pide que refuerce a Mahmud Abbas, pero yo les digo que no lo haré al pr...

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Israel se niega a liberar a más presos palestinos mientras la Autoridad Nacional Palestina no actúe con contundencia contra los grupos radicales y se ponga fin así a los ataques contra las ciudades israelíes desde la franja de Gaza. La decisión supone congelar los Acuerdos de Sharm el Sheij, que Ariel Sharon y Mahmud Abbas firmaron el pasado 8 de febrero en Egipto y en los que los israelíes se comprometieron a liberar a 900 reclusos, de los que hasta el momento únicamente han sido excarcelados 500.

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"Todo el mundo me pide que refuerce a Mahmud Abbas, pero yo les digo que no lo haré al precio de las vidas de ciudadanos israelíes", afirmó ayer el primer ministro, Ariel Sharon, a sus ministros en la reunión semanal del Gabinete, en el transcurso de la cual se suscitó de manera conjunta la política de liberación de los presos palestinos y los últimos ataques de los grupos radicales con misiles artesanales sobre la ciudad israelí de Sderot.

La decisión de Ariel Sharon de bloquear oficialmente la liberación de los presos palestinos supone un golpe bajo a la política de pacificación que desde el pasado noviembre lleva a término el presidente palestino, Mahmud Abbas. Éste logró arrancar una tregua parcial de los grupos radicales, que le reclaman de manera insistente y como contrapartida la liberación de los 8.000 presos aprehendidos durante los cuatro años y medio de Intifada.

El Gobierno israelí no sólo acaba de bloquear la liberación de los presos palestinos, que constituye uno de los puntos principales de Sharm el Sheij, sino que además está retrasando la retirada de las tropas de las ciudades palestinas de Kalkilia, Belén y Nablús tal y como se comprometió en el citado acuerdo. Por ahora, sólo se ha retirado de Tulkarem y de Jericó.

La decisión de Sharon ha sido aplaudida por los halcones de su Gobierno, especialmente por el ministro de Finanzas, Benjamín Netanyahu, quien en unas declaraciones a la emisora de la radio militar israelí recordó: "Los palestinos tiran obuses de mortero sobre Sderot, disparan sobre los ciudadanos israelíes, y Abu Mazen no hace nada por impedirlo; por eso creo que no es el momento oportuno para liberar a prisioneros".

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Por otra parte, el partido gubernamental palestino, Al Fatah, y la principal fuerza de la oposición, Hamás, se han enzarzado en las últimas horas en una polémica sobre el resultado de las elecciones municipales celebradas la semana pasada en diversas poblaciones de Cisjordania y la franja de Gaza. El centro de la discusión es el Ayuntamiento de la ciudad de Belén, donde Fatah y Hamás aseguran haber conseguido la mayoría de los escaños del consejo municipal.

La eventual victoria de Hamás en Belén supondría el control de la ciudad por las fuerzas islamistas y el nombramiento de un alcalde fundamentalista, lo que pondría fin a una tradición por la que el alcalde de la ciudad en la que nació Jesús ha venido siendo siempre un cristiano.

Un palestino, junto a una caricatura del primer ministro israelí, Ariel Sharon, ayer en una marcha cerca de Sidón.AP

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