Reportaje:

'Mossos' de gala en Mauthausen

Dos policías autonómicos participan en el homenaje a los españoles que estuvieron en el campo de concentración nazi

Si los símbolos cuentan, el Gobierno catalán contribuyó ayer con uno muy vistoso en la conmemoración del 60º aniversario de la liberación del campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria), acaecida el 5 de mayo de 1945. Colocó a dos mossos d'esquadra en uniforme de gala, con sus alpargatas y su sombrero de copa, ante el monumento a los 7.000 republicanos españoles que sufrieron en él, de los que sólo sobrevivieron una cuarta parte. Allí permanecieron firmes durante la hora y media que duró el acto español de homenaje, en el que por vez primera desde el fin de la II Guerra Mundial ...

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Si los símbolos cuentan, el Gobierno catalán contribuyó ayer con uno muy vistoso en la conmemoración del 60º aniversario de la liberación del campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria), acaecida el 5 de mayo de 1945. Colocó a dos mossos d'esquadra en uniforme de gala, con sus alpargatas y su sombrero de copa, ante el monumento a los 7.000 republicanos españoles que sufrieron en él, de los que sólo sobrevivieron una cuarta parte. Allí permanecieron firmes durante la hora y media que duró el acto español de homenaje, en el que por vez primera desde el fin de la II Guerra Mundial intervino un presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y por parte de la Generalitat, un miembro del Gobierno, el consejero Joan Saura.

La participación de los mossos d'esquadra había sido convenida entre los organizadores del acto, la Amical de Mauthausen, los servicios de la Presidencia del Gobierno, de la Generalitat y de los ejecutivos autónomos de Andalucía y Asturias, que también estuvieron presentes en la conmemoración mediante sendos consejeros de sus respectivos gobiernos.

Ante ellos se depositaron las numerosas ofrendas florales. El colorido del acto, desarrollado entre lluvia intermitente, estuvo marcado por la presencia también altamente símbólica de numerosas banderas, las tricolores republicanas, catalanas, de Andalucía, Asturias y el País Vasco. Y por vez primera, la bandera constitucional.Frente al monumento, sin embargo, el lugar de honor lo ocupaba el pendón de la Amical de Mauthausen, que agrupa a los ex deportados, a sus familiares y a quienes se ocupan de transmitir la memoria del inmenso dolor humano acumulado en los campos de concentración nazis.

El elemento principal del pendón es un gran triángulo azul, que era el distintivo con el que los nazis clasificaron como apátridas a los deportados españoles. Ante este pendón se situaron los ex deportados españoles que asistían al acto y que constituían el principal punto de referencia del homenaje. Son ya pocos y cada año hay menos. Entre ellos había varios catalanes, uno de los cuales, Eusebi Pérez Martín, de Vilafranca del Penedès pero residente desde 1948 en Caracas, fue el encargado de aceptar y agradecer luego, en el acto internacional celebrado en la Appelplatz del campo el reconocimiento del Gobierno español y los de las comunidades autónomas.

El colorido de las banderas y la diversidad de las lenguas estuvo reforzado además por la participación en el homenaje español de delegaciones de Albania, Bélgica, Francia, Austria. Todo contribuía al "reconocimiento de que Europa es plural", como quiso subrayar Saura en el breve parlamento en el que reivindicó la condición de catalán de Francesc Boix, el fotógrafo cuyo trabajo constituyó prueba de las barbaridades nazis en el juicio de Núremberg, y recordó que un consejero de la Generalitat, Josep Miret Musté, fue asesinado en 1944 en Mauthausen.

El homenaje oficial catalán a los deportados estuvo reforzado también por la participación de una representación del Parlamento, con diputados de todos los grupos, encabezados por el vicepresidente segundo de la Cámara, Ramon Camp. La presencia institucional catalana era la más numerosa y la más plural, y la presencia en ella de dos diputados del PP, un partido que se ha negado a condenar al franquismo en el Congreso de los Diputados, le confirió un particular relieve.

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Sin embargo, ni banderas, ni gobiernos, ni partidos eran en Mauthausen ayer tan protagonistas como la emoción y el sobrecogimiento, como la fraternidad y la solidaridad humana de la que se reclamaban expresamente los deportados sobrevivientes. La interpretación al violonchelo de la que probablemente sea la canción catalana más universal, El cant dels ocells, de Pau Casals, cerró el homenaje español, y unas palabras sobre el fascismo dichas en catalán después del castellano, francés y alemán por Eusebi Pérez Martín fueron el punto final de su discurso ante las delegaciones internacionales: "Mai més".

Dos mossos d'esquadra, con uniforme de gala, ayer en Mauthausen, y a la izquierda, dos supervivientes: Eusebio Pérez y Francisco Batiste.ULY MARTIN

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