Peralada muestra las rarezas de la mayor colección privada de 'Quijotes'
La suntuosa biblioteca del castillo de Peralada celebra el cuarto centenario de la publicación del Quijote exponiendo al público una selección de la mayor y más valiosa colección privada cervantina, compuesta por unos 5.000 volúmenes entre los que se encuentran 1.001 ediciones del Quijote. Entre los incunables y las rarezas de la exposición, que permanecerá abierta durante todo el año, el visitante puede contemplar una edición inglesa con la primera imagen del Quijote, una edición tarraconense del Quijote de Avellaneda y exóticas traducciones a otras lenguas.
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La suntuosa biblioteca del castillo de Peralada celebra el cuarto centenario de la publicación del Quijote exponiendo al público una selección de la mayor y más valiosa colección privada cervantina, compuesta por unos 5.000 volúmenes entre los que se encuentran 1.001 ediciones del Quijote. Entre los incunables y las rarezas de la exposición, que permanecerá abierta durante todo el año, el visitante puede contemplar una edición inglesa con la primera imagen del Quijote, una edición tarraconense del Quijote de Avellaneda y exóticas traducciones a otras lenguas.
La exposición Don Quixot a Peralada está compuesta por un centenar de volúmenes dispuestos en vitrinas, 70 de los cuales están abiertos por alguna de sus páginas. El ejemplar más antiguo es una edición firmada en Valencia en 1605, el mismo año de la publicación de la obra, aunque la más valiosa es una primera edición de la segunda parte, fechada en 1615. Algunas de estas piezas pueden llegar a precios de hasta un millón de euros en el mercado bibliófilo.
Jaume Barrachina, director del Museo de Peralada, recuerda que no se adquieren nuevos ejemplares del Quijote desde la muerte del fundador de la colección, aunque se mantiene al día científicamente. Miquel Mateu (1898- 1972), que adquirió el castillo en 1923, fue un acaudalado y compulsivo coleccionista a quien todos los libreros de España buscaban Quijotes. Reunió también una de las mayores colecciones del mundo de cristal antiguo, con unas 2.500 piezas, aunque tampoco menospreció la pintura, la filatelia y la numismática.