OPINIÓN DEL LECTOR

Precisiones sobre la Iglesia y el dolor

Acabo de leer el artículo de Ruth Toledano titulado Eutanasia masiva, en el que critica la postura de la Iglesia católica sobre la eutanasia. Sólo deseo decir, con todo respeto, que me parece que la autora no conoce bien la postura de la Iglesia. Porque no es verdad que la Iglesia niegue la licitud de los medios paliativos para disminuir el dolor de los enfermos. No es verdad que los católicos prefieran que una persona se muera padeciendo.

Esa "doctrina del sufrimiento" sádica y masoquista de la que habla Toledano no es la doctrina de la Iglesia. Por el contrario, la Iglesia afir...

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Acabo de leer el artículo de Ruth Toledano titulado Eutanasia masiva, en el que critica la postura de la Iglesia católica sobre la eutanasia. Sólo deseo decir, con todo respeto, que me parece que la autora no conoce bien la postura de la Iglesia. Porque no es verdad que la Iglesia niegue la licitud de los medios paliativos para disminuir el dolor de los enfermos. No es verdad que los católicos prefieran que una persona se muera padeciendo.

Esa "doctrina del sufrimiento" sádica y masoquista de la que habla Toledano no es la doctrina de la Iglesia. Por el contrario, la Iglesia afirma que el personal sanitario debe usar medios para reducir el sufrimiento, y no sólo ante una muerte inevitable.

Puede ver el documento sobre la eutanasia que publicó la Conferencia Episcopal Española en 1993, en el que se explica que "cuando el tratamiento del dolor es ya prácticamente lo único que se puede hacer por el enfermo terminal, el efecto secundario que ciertos analgésicos tengan respecto al acortamiento de la vida no puede considerarse como una forma de eutanasia, porque no se persigue destruir esa vida, sino aliviar el dolor".

Con esto no estoy juzgando lo que han hecho o hayan dejado de hacer en el hospital Severo Ochoa, de Leganés, porque no lo sé. Por último, quiero hacer un ruego a Ruth Toledano: que, por favor, trate con respeto al cardenal Rouco y al santo padre y, en general, a la Iglesia católica.

Una cosa es no estar de acuerdo en las ideas, y otra agredir verbalmente a las personas con las que no estamos de acuerdo. Además, a juzgar por su artículo, tal vez estemos más de acuerdo de lo que piensa.

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