Entrevista:NOURIEL ROUBINI | Profesor de Economía de la Universidad de Nueva York

"El éxito de Argentina con su plan de deuda no tendrá efecto contagio"

Nouriel Roubini, profesor de Economía de la Universidad de Nueva York, estima que los mercados dictaron anticipadamente su sentencia sobre la deuda argentina al valorar los bonos en 28/30 centavos de dólar en los últimos dos años. "Los mercados no son estúpidos. Los precios aportan la mejor pista sobre la capacidad de pago y disposición a pagar de Argentina", escribió a mediados de enero sobre las negociaciones para reestructurar 81.800 millones de dólares en bonos vencidos a finales de 2001, para los cuales el Gobierno argentino proponía -en plan "lentejas, o las tomas o las dejas"- una quita...

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Nouriel Roubini, profesor de Economía de la Universidad de Nueva York, estima que los mercados dictaron anticipadamente su sentencia sobre la deuda argentina al valorar los bonos en 28/30 centavos de dólar en los últimos dos años. "Los mercados no son estúpidos. Los precios aportan la mejor pista sobre la capacidad de pago y disposición a pagar de Argentina", escribió a mediados de enero sobre las negociaciones para reestructurar 81.800 millones de dólares en bonos vencidos a finales de 2001, para los cuales el Gobierno argentino proponía -en plan "lentejas, o las tomas o las dejas"- una quita mínima del 70%. He aquí extractos del diálogo que mantuvo ayer con EL PAÍS:

Pregunta. ¿Argentina, pues, parece haberlo conseguido?

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Respuesta. Mi información me dice que la reestructuración es un éxito. Entre un 70% y un 80% de los acreedores aceptará la oferta. Mucha gente espera siempre hasta el último minuto. Es un triunfo del presidente Néstor Kirchner, aun cuando en otros países la tasa de participación de los acreedores ha sido del 90% y 95%.

P. ¿Será difícil para Argentina conseguir después de este acuerdo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acepte aplazar la deuda de 14.000 millones de dólares que le debe Argentina?

R. Será igualmente una negociación compleja. Por un lado, Argentina podrá esgrimir el hecho de que un 70% de los bonistas acepta. Rodrigo Rato, el director gerente del FMI, ha dicho que el acuerdo debía realizarse de buena fe y con una mayoría significativa. Argentina puede reivindicar que así se ha hecho. El ministro Roberto Lavagna puede presentarse en Washington ante el FMI y decir que se ha conseguido la estabilidad macroeconómica, un superávit primario del presupuesto del 4%, una inflación controlada y que se están haciendo reformas estructurales. Habrá, por supuesto, una discusión en el consejo del FMI, pero me parece que también será una negociación exitosa para Argentina. El FMI accederá a un nuevo calendario de pagos.

P. ¿El éxito de Argentina provocará un efecto mimético por el cual otros países considerarán que es posible declarar la moratoria unilateral de pagos y reconocer después sólo 30 centavos de cada dólar tomado en préstamo?

R. A mi modo de ver, no hay que obcecarse con esto. Las consecuencias serán muy limitadas. El éxito de Argentina no tendrá efecto contagio hacia otros países. Vamos a ver: Argentina sufrió una caída de su producción, antes y después de la crisis, del 20% acumulativo. Incluso ahora, después de dos años de crecer al 8%, su producto interior bruto real se sitúa todavía por debajo de los niveles previos a la catástrofe. Por tanto, ¿quién puede decir seriamente que la moratoria argentina no ha tenido un coste severo y que se puede superar alegremente la suspensión de pagos ofreciendo 30 céntavos por cada dólar tomado en préstamo? Las moratorias son terribles en términos de caída de la producción, colapso del sistema financiero y descomposición social. Fíjese en el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Cuando ganó las elecciones, pudo ver lo que pasaba mirando al otro lado de su frontera. Su razonamiento fue claro: declarar la moratoria de la deuda suponía afrontar una caída de la producción, la quiebra del sistema bancario, establecer el control del movimiento capitales; en fin, un desastre. No creo, pues, que la lección de la crisis argentina sea que la moratoria de los pagos es algo fácil o que carece de costes. Incluso los mercados no sacan esta conclusión. Los tipos de interés se sitúan en estos momentos en niveles históricamente bajos. Si la probabilidad de moratorias se incrementara o si se advirtiera la posibilidad de que las tasas de recuperación de préstamos fueran extraordinariamente reducidas, de ahora en adelante veríamos esa incertidumbre en los márgenes (spreads) que pagan los países emergentes. Y esos márgenes nunca han estado tan bajos como ahora.

P. ¿La recuperación de la economía argentina es sostenible?

R. Hemos llegado a un punto en el cual la utilización de la capacidad de producción argentina es elevada. Se necesitan, entonces, inversiones. Y para ello se requiere, una vez superado el default de la deuda, una política macroeconómica estable, acelerar algunas reformas estructurales, asegurar un superávit primario estable del 4% para garantizar el pago del servicio de la deuda (intereses) y ofrecer confianza a los inversores nacionales e internacionales a través de políticas que favorezcan el crecimiento y los beneficios del capital. Ése es el gran desafío de Argentina.

Nouriel Roubini.

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