Blanco Escolá desmonta algunas mentiras sobre la Guerra Civil
"Las historias de las guerras las escriben los vencedores". Y la Guerra Civil española no es una excepción. Esta idea es la razón de ser de Falacias de la Guerra Civil (Planeta), la sexta obra del historiador y ex coronel de caballería Carlos Blanco Escolá. "Hay que rebatir una a una las burdas mentiras contadas por el régimen franquista, las fábulas que algunos autores siguen alimentando hoy día", dice.
El análisis de la secuencia histórica que condujo a la Guerra Civil y del enfrentamiento armado mismo se desarrolla en torno a algunos argumentos considerados sólidos: en primer ...
"Las historias de las guerras las escriben los vencedores". Y la Guerra Civil española no es una excepción. Esta idea es la razón de ser de Falacias de la Guerra Civil (Planeta), la sexta obra del historiador y ex coronel de caballería Carlos Blanco Escolá. "Hay que rebatir una a una las burdas mentiras contadas por el régimen franquista, las fábulas que algunos autores siguen alimentando hoy día", dice.
El análisis de la secuencia histórica que condujo a la Guerra Civil y del enfrentamiento armado mismo se desarrolla en torno a algunos argumentos considerados sólidos: en primer lugar, la inconsistencia de "la amenaza comunista que supuestamente se cernía sobre España y que habría sido neutralizada gracias a la acción golpista". El fantasma de la revolución izquierdista se fundaba, según el autor, sobre documentos falsos.
En segundo lugar, el historiador denuncia la estrategia de desestabilización llevada a cabo por la ultraderecha y tendente "a provocar el malestar y la inquietud entre la ciudadanía y a propiciar la intervención del ejército". La estrategia se basaba, a juicio de Blanco Escolá, en dos pilares: de un lado, los pistoleros falangistas y la galopante espiral de violencia; de otro, los propios diputados de la derecha "que se sirvieron del Congreso como caja de resonancia para lanzar sus proclamas catastrofistas".
En relación al enfrentamiento armado, el autor subraya la laboriosa actividad de censura y propaganda puesta en marcha por el régimen franquista para disminuir la importancia de la ayuda recibida desde Italia, Alemania y Portugal e hinchar las dimensiones del apoyo soviético y francés al bando republicano (Franco recibió 1.741 aviones frente a los 701 que llegaron a la República; 200.000 soldados extranjeros estuvieron en el bando nacional frente a los 35.000 que colaboraron con el gobierno leal).
"Franco se reveló como un excelente discípulo de Goebbels. Su propaganda y órganos de censura tuvieron 40 años para actuar, para limpiar archivos". Por eso "hay que contestar", y seguir desmontando las manipulaciones. Blanco Escolá ya había publicado La incompetencia militar de Franco (Alianza) y Vicente Rojo: el general que humilló a Franco (Planeta).