Cartas al director

Los inventores de enfermedades

Agradezco a su diario la amplia reseña que hace en su número del Domingo del libro de Jörg Blech Los inventores de enfermedades.

Como médico clínico hago mío el agobio de tantos pacientes que acuden a mi consulta obsesionados por sus cifras de colesterol, sus huesos, su tensión arterial marginal, su asterisco en unos análisis de chequeo y tantas otras afecciones ficticias o que rozan lo ficticio. A mi juicio es extremadamente importante que los medios de comunicación no sólo celebren supuestos avances en temas de salud, sino que contribuyan a crear una conciencia ciudadana...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Agradezco a su diario la amplia reseña que hace en su número del Domingo del libro de Jörg Blech Los inventores de enfermedades.

Como médico clínico hago mío el agobio de tantos pacientes que acuden a mi consulta obsesionados por sus cifras de colesterol, sus huesos, su tensión arterial marginal, su asterisco en unos análisis de chequeo y tantas otras afecciones ficticias o que rozan lo ficticio. A mi juicio es extremadamente importante que los medios de comunicación no sólo celebren supuestos avances en temas de salud, sino que contribuyan a crear una conciencia ciudadana menos ingenua en relación a la medicina contemporánea. Tal como sugiere y documenta Blech, no hay duda de que el complejo industria farmacéutica-corporaciones médicas es en gran parte responsable de la medicalización progresiva de la salud y con ello está contribuyendo a crear una dependencia cada vez mayor del individuo del sistema sanitario.

Pero, por otra parte, este fenómeno no resultaría tan preocupante si nuestro entorno cultural fuera más resistente a los cantos de sirena. Desafortunadamente, la demanda de elixires de la vida es hoy fortísima como resultado de la priorización de la longevidad sobre cualquier otra dimensión existencial e, incluso, social. La seudoideología del consumo y del carpe diem mal entendido ha alcanzado de pleno la medicina...

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Por ello, los desafueros de la industria, la medicina y la "ciencia" que le dan soporte no pueden considerarse de forma simplista como un fenómeno únicamente vinculado a la codicia corporativa, sino también como dato cultural emparejado con nuestra incapacidad para pensar la salud y la duración de la vida desde perspectivas no médicas o, mejor dicho, no exclusivamente médicas.

Archivado En