PESQUISAS SOBRE EL COCHE ROBADO POR ETA JUNTO A LA CASA DE TRASHORRAS | LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M

"Una coincidencia debida al mero azar"

El portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, preguntó ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por la coincidencia de que el coche robado por ETA en Avilés que se utilizó para el atentado de Santander del 3 diciembre de 2002 fuera sustraído en el callejón donde vivía Emilio Suárez Trashorras, ex minero y uno de los detenidos por el robo del explosivo utilizado para los atentados del 11-M.

El presidente Zapatero aportó un informe de la Comisaría General de Información en el que se afirma que esta coincidencia "parece debida al mero azar, careciendo completamente ...

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El portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, preguntó ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por la coincidencia de que el coche robado por ETA en Avilés que se utilizó para el atentado de Santander del 3 diciembre de 2002 fuera sustraído en el callejón donde vivía Emilio Suárez Trashorras, ex minero y uno de los detenidos por el robo del explosivo utilizado para los atentados del 11-M.

El presidente Zapatero aportó un informe de la Comisaría General de Información en el que se afirma que esta coincidencia "parece debida al mero azar, careciendo completamente de fundamento" las posibles relaciones entre los miembros de ETA que participaron en el atentado de Santander y Trashorras.

El informe policial explica que, desde el inicio de la actividad armada de ETA, "nunca estos activistas han tenido la necesidad de contar con ningún tipo de colaboración para el robo de vehículos". Por el contrario, "el hecho de que un liberado [activista a sueldo] solicitara colaboración para algo tan simple y habitual" como el robo de un coche "no haría sino disminuir su nivel de clandestinidad y aumentar su vulnerabilidad, y más aún en el caso de que, como ocurre con Suárez Trashorras, esa persona estuviera inmersa en el mundo de la delincuencia y en consecuencia fuera susceptible de control policial", ya que, según la policía, "los miembros de ETA tienen como prioridad asegurar su acción y su persona".

En el informe se afirma: "La presencia de activistas etarras en Asturias no es un hecho aislado que hayamos de suponer motivado por algún tipo de contacto personal". El informe hace un seguimiento de la trayectoria de los dos etarras que participaron en el atentado de Santander, desde que cruzan la frontera desde Francia el 23 de noviembre de 2002 hasta que, tras su paso por Bilbao, Laredo, Santander, Castro Urdiales, Oviedo y Torrelavega, llegan a Avilés el 1 de diciembre. Allí, "la madrugada del 2 de diciembre sustrajeron el vehículo Renault 19 GTD e inmediatamente cambiaron la matrícula, colocándole placas falsas correspondientes a otro Renault del mismo modelo".

Según la policía, los datos expuestos "permiten determinar la inexistencia de pruebas que permitan, ni tan siquiera sospechar posibles conexiones" entre los miembros de ETA y "la llamada trama del explosivo asturiano utilizado en los atentados del 11-M", ya que, entre otros motivos, "los miembros liberados de los comandos de ETA, cuando entran al interior del territorio nacional para cometer sus atentados, no mantienen contactos ni se relacionan con otras personas salvo en el caso concreto de País Vasco, Navarra y Cataluña, donde pueden buscar el apoyo de elementos de ideología afín abertzale". Además las investigaciones posteriores a la desarticulación de este comando "no arrojan dato alguno que permita sospechar que su cometido o modus operandi obedezca a otra especialidad que cualquier otro comando itinerante de ETA".

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