La Universidad Politécnica de Valencia avanza en la expansión de su red latinoamericana

Cerca de 1.400 profesores y más de 4.200 alumnos han participado en los programas que la Universidad Politécnica de Valencia imparte en 14 países iberoamericanos, en los últimos 12 años. Además, la universidad valenciana tiene presencia allí a través de ocho espacios de trabajo gestionados con socios académicos trasatlánticos. Una trayectoria de cooperación interuniversitaria insalvable para cualquier otra universidad española y que parece inspirar la idea de "construir la primera universidad mixta iberoamericana", que será creada por la Generalitat y Colombia, según anunció recientemente, el ...

Cerca de 1.400 profesores y más de 4.200 alumnos han participado en los programas que la Universidad Politécnica de Valencia imparte en 14 países iberoamericanos, en los últimos 12 años. Además, la universidad valenciana tiene presencia allí a través de ocho espacios de trabajo gestionados con socios académicos trasatlánticos. Una trayectoria de cooperación interuniversitaria insalvable para cualquier otra universidad española y que parece inspirar la idea de "construir la primera universidad mixta iberoamericana", que será creada por la Generalitat y Colombia, según anunció recientemente, el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps. Fue con motivo de la visita de la embajadora de este país a España y que volvió a poner de actualidad la semana pasada el consejero de Empresa, Universidad y Ciencia, Justo Nieto, con el anuncio de la creación de la nueva Universidad del Mediterráneo e Iberoamérica.

El postgrado supone el 53% de acciones de la Politécnica en Iberoamérica

"Una consecuencia es que el 25% de nuestros másters los cubren latinoamericanos"

El vicerrector de Cooperación y Proyectos Internacionales de la Universidad Politécnica de Valencia, Salvador Capuz, opina que el ahora consejero, Justo Nieto, pretende "involucrar a las cinco universidades, respetando la identidad de cada una de ellas". Asegura que su universidad mira hacia América Latina por "un enfoque estratégico del entonces rector, que fue uno de los primeros profesores en impartir clases de ingeniería en Latinoamérica". Capuz aduce diversos motivos para explicar las razones de la apuesta. A la idiosincrasia, historia común y déficits formativos añade razones solidarias: "Del mismo modo que hay universidades que destinan el 0,7% a la cooperación al desarrollo, nosotros destinamos un presupuesto a realizar acciones para que las universidades generen sus doctores en Latinoamérica". Y es que de las 249 actuaciones acometidas por esta universidad entre septiembre de 1992 y el del curso pasado, 132 correspondieron a programas de postgrado, lo que representa un 53% del total.

En esta área formativa, el experto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Jesús Sebastián expone en su libro La formación doctoral en América Latina y la colaboración de las universidades españolas, que la Universidad Politécnica de Valencia, con un total de 62 tesis leídas en 1999, es la universidad española que mayor número de doctores iberoamericanos formó, representando así el 25% de las tesis registradas en el Consejo de Universidades. De acuerdo con las mismas fuentes, a la universidad valenciana, le siguen la Universidad de La Laguna (18), la Complutense de Madrid, la Autónoma de Barcelona, Navarra y Valencia (con 13, cada una). En su pormenorizado análisis descubre un mapa latinoamericano asimétrico en formación de postgrado. Hay países en los que ni siquiera existen programas de doctorado (El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana). La mayoría se concentra en Brasil (40%) y sólo entre este país, México y Cuba alcanzan el 80% del postgrado iberoamericano. Junto a estos factores destaca el bajo porcentaje de profesores con título de doctor. La media no llega al 9% frente al 43% de la media española.

De acuerdo con los datos de la Politécnica, en el conjunto de actuaciones iberoamericanas de la universidad han participado 1.392 profesores (1.118 presenciales y 218 a distancia) y 4.238 alumnos. Más de la mitad de los profesores procedían de la Politécnica valenciana, 204 pertenecían a otras universidades españolas y 351 de Iberoamérica. Esta heterogeneidad se repite en las ocho "estructuras de colaboración" que la Universidad tiene en Colombia, Uruguay, México, Cuba y Argentina y que completará con dos más en Argentina y en Jordania. La Politécnica siempre reza como "socio académico" para evitar "hacer competencia desleal en el extranjero". Capuz calcula que este sistema de doctorados a distancia "les sale a los estudiantes iberoamericanos diez veces más barato" que si estudiaran aquí; además "se evita la fuga de cerebros" e investigan sobre asuntos endémicos. El doctorando realiza pasantías en España, lo que permite compaginar la vida laboral y sentimental. El resultado: "Otros alumnos nos conocen y ha generado que el 25% de nuestros doctorados y másters estén ocupados por latinoamericanos".

Para cubrir los gastos de los alumnos iberoamericanos se busca financiación externa: de la Agencia Española de Cooperación Internacional, de la Generalitat y de la propia universidad. Así, por ejemplo, a un alumno becado por la AECI que estudia en la Politécnica se le condona el 50% de los estudios. Por último, Capuz subraya "la grata experiencia" que supone para los profesores valencianos que se marchan aunque "la hora de máster les sale entre un 30 y un 40% menos que la media".