El Gobierno quiere que Hobetuz centre su labor en las 'pymes'

Plantea que la formación continua se dé sólo en centros homologados

El Gobierno vasco quiere que la formación continua (la de reciclaje destinada a los trabajadores en activo) de Hobetuz centre la "prioridad en la atención a las pymes". El Ejecutivo vasco ha presentado a sindicatos y patronal un modelos de formación paralela a la del Estado, que quiere que esté lista antes del 31 de diciembre. El Departamento de Educación negocia también con el Gobierno central un convenio que posibilite recibir fondos para formación de las cuotas a la Seguridad Social de los trabajadores, a pesar de no tener transferidas las políticas activas de empleo.

Jorge Ar...

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El Gobierno vasco quiere que la formación continua (la de reciclaje destinada a los trabajadores en activo) de Hobetuz centre la "prioridad en la atención a las pymes". El Ejecutivo vasco ha presentado a sindicatos y patronal un modelos de formación paralela a la del Estado, que quiere que esté lista antes del 31 de diciembre. El Departamento de Educación negocia también con el Gobierno central un convenio que posibilite recibir fondos para formación de las cuotas a la Seguridad Social de los trabajadores, a pesar de no tener transferidas las políticas activas de empleo.

Jorge Arévalo, viceconsejero de Formación Profesional y Aprendizaje Permanente y presidente de turno de Hobetuz, ha puesto sobre la mesa un plan que, según sus propias palabras, es negociable desde la primera a la última letra con sindicatos y patronal y que ha recibido ya algunas críticas y contrapropuestas. En todo caso, el proyecto tiene unos límites que fueron aprobados por la Comisión Delegada del Gobierno. El primero establece la prioridad absoluta de dirigir la formación continua a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan el 95% del tejido empresarial vasco y, según Arévalo, son las que más dificultades tiene en acceder.

El Gobierno central está también modificando el sistema del formación continua que impulsó el PP para 2004 y que se ha demostrado "ineficaz", y parece que la línea de acción es centrar sus esfuerzos en las grandes empresas y dejar la pequeñas a las comunidades autónomas. El modelo vasco encajaría en esta línea de acción. "Sería complementario", indica Arévalo.

El problema es que al no tener Euskadi transferidas las políticas activas de empleo, porque exige también el control de las cuotas que de los trabajadores, pone en peligro la llegada de fondos para la formación continua vasca. Arévalo señala que hay un camino: la firma de un convenio por el que se podrían ceder el dinero de las cuotas de formación sin tener transferida la competencia. De hecho, señala que en el actual proyecto de Presupuestos del Estado hay una partida que deja abierta esta posibilidad y que se está negociando un convenio para hacerla posible con la Administración central. Al Gobierno vasco le gustaría contar con los 42 millones de euros que estiman son las cuotas de formación de los trabajadores vascos. Aunque probablemente se conformarían con los 30 millones que llegaron hace cuatro años a Hobetuz.

Centros homologados

El segundo de los requisitos que impone el Gobierno vasco a la formación continua es la detección anticipada de la necesidades, algo que creen que ya se realiza bastante bien tras nueve años de funcionamiento de Hobetuz. El tercer condicionante es "garantizar la calidad de la formación". Por este motivo exigen que todos los centros sean homologados. Este aspecto es criticdo por los sindicatos CC OO y UGT y la patronal Confebask, que cuentan con centros propios de formación. Arévalo asegura que no habrá ningún problema para homologar estos centros, Además, en el acuerdo interprofesional se prevé que puedan impartir esta educación.

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La formación continua tiene tres patas: la de empresa, que imparte cada compañía en función de sus necesidades; la de reciclaje, que cada trabajador puede recibir donde quiera, siempre que sea en un centro homologado, y la basada en el sistema de cualificaciones, de formación reglada. Ésta última es la que supondría mayores problemas para los centros de sindicatos y patronal, ya que al ofrecer titulaciones oficiales deberían cumplir unos requisitos más exigentes. Arévalo asegura que cree estos centros pueden lograrlos con un "poco de esfuerzo". Sin embargo, este es uno de los puntos en conflicto.

El cuarto eje del plan del Gobierno es la eficiencia y el control: comprobar que los cursos que se imparten tienen utilidad y dan respuesta a las necesidades del mercado de trabajo. "Si algo no se hace bien hay que cambiarlo". Arévalo está convencido de que habrá acuerdo, pese a las grandes diferencias entre los propios sindicato y la patronal.

Confebask ha presentado ya su contraoferta para el debate y quiere que el formador sea siempre "el que convenga", asegura el hombre de la patronal en Hobetuz, José Luis Bengoa. Su postura es negociar y llegar a acuerdos, pero insinúa que hay quien juega siempre a bloquear. A UGT y CC OO no le preocupa el modelo impuesto para la formación de empresa, pero sí la imposición de la formación reglada para la de trabajadores. ELA y LAB simplemente rechazan la propuesta.

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