MCC echa el resto en China

La cooperativa vasca tiene 1.150 trabajadores en el país asiático y prevé abrir 12 nuevas fábricas hasta 2008. Su objetivo es "convertir la amenaza china en oportunidad"

"El peligro no está en China, sino en ignorarla". Los ejecutivos de Mondragón Corporación Cooperativa (MCC) tienen claro porqué fabrican y venden en el gigante asiático: hay productos buenos y baratos, un mercado gigantesco y, sobre todo, la posibilidad de asegurar la competitividad a medio y largo plazo de Mondragón. Porque, añaden, su objetivo es "convertir la amenaza china en oportunidad".

MCC desembarcó en el país hace 15 años, con una oficina en Hong Kong. La primera planta la abrió en 1994 el fabricante de autobuses Irizar, en Tianjin. Ahora, la cooperativa tiene seis fábri...

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"El peligro no está en China, sino en ignorarla". Los ejecutivos de Mondragón Corporación Cooperativa (MCC) tienen claro porqué fabrican y venden en el gigante asiático: hay productos buenos y baratos, un mercado gigantesco y, sobre todo, la posibilidad de asegurar la competitividad a medio y largo plazo de Mondragón. Porque, añaden, su objetivo es "convertir la amenaza china en oportunidad".

MCC desembarcó en el país hace 15 años, con una oficina en Hong Kong. La primera planta la abrió en 1994 el fabricante de autobuses Irizar, en Tianjin. Ahora, la cooperativa tiene seis fábricas en el país, con una facturación conjunta de 27,5 millones de euros el año pasado y 1.150 empleados. Además, y según asegura la compañía, gana dinero.

MCC se niega a utilizar el término deslocalización. Su concepto, explica, es llevarse lo no rentable al extranjero para poder fabricar en casa productos de valor añadido. Desde 1994, la división industrial de MCC ha creado 7.000 nuevos puestos de trabajo en Euskadi y 6.300 en el extranjero. En China, los planes de la cooperativa son abrir 12 fábricas para 2008. De ser así, realizaría el 15%de su producción en el exterior en este país.

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