ALIANZA PETROLERA

Repsol y Shell invierten 4.000 millones de dólares para extraer gas natural en Irán

Las empresas prevén obtener siete millones de toneladas de gas natural al año y venderlo a Europa y Asia

Los grupos Repsol YPF y Shell acaban de firmar un acuerdo para explotar y comercializar gas en Irán por valor de 4.000 millones de dólares (en torno a 3.250 millones de euros, al cambio actual). El proyecto, en el que también participa la empresa local National Iranian Oil Company (NIOC), supone la instalación de dos plataformas en aguas del golfo Pérsico y de las correspondientes plantas de procesamiento y almacenamiento en la costa. El comienzo de la actividad comercializadora está previsto para 2010. La previsión inicial es alcanzar una producción de siete millones de toneladas al año de ga...

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Los grupos Repsol YPF y Shell acaban de firmar un acuerdo para explotar y comercializar gas en Irán por valor de 4.000 millones de dólares (en torno a 3.250 millones de euros, al cambio actual). El proyecto, en el que también participa la empresa local National Iranian Oil Company (NIOC), supone la instalación de dos plataformas en aguas del golfo Pérsico y de las correspondientes plantas de procesamiento y almacenamiento en la costa. El comienzo de la actividad comercializadora está previsto para 2010. La previsión inicial es alcanzar una producción de siete millones de toneladas al año de gas natural licuado (GNL), así como de un millón de toneladas al año de gas licuado del petróleo (GLP), para su posterior venta a Asia y Europa, principalmente.

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La operación, que se negocia desde 2001, se cerró la pasada semana en Viena, según afirmaron ayer fuentes del sector en Londres, donde Shell presentó su plan estratégico. Fuentes de Repsol se limitaron a confirmar la existencia del acuerdo, pero no quisieron dar detalles del mismo acogiéndose a las cláusulas de confidencialidad.

Las empresas y los representantes iraníes aprovecharon la reunión que celebró en la capital austriaca la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a la que pertenece el país asiático, pero guardaron en sumo secreto el acuerdo, a la espera, sobre todo, de recibir las bendiciones pertinentes del Consejo de Guardianes de la Revolución. La firma, en cualquier caso, contó con la presencia del ministro de Petróleo iraní, Bijam Zangeneh, y la rúbrica del presidente de NIOC, Mir Moezi. Por parte de Repsol firmó su consejero delegado, Ramón Blanco, y por la de Shell lo hizo el vicepresidente Malcom Brinded.

Dos empresas

Una vez superados los últimos trámites, se entrará en la fase de evaluación técnica y los trabajos de ingeniería, tras los que se iniciarán la instalación de las plataformas y la construcción de las plantas de producción, que estarán ubicadas en la población de Assaluyeh. El proyecto prevé la creación de dos compañías. Una que se centrará en la exploración y perforación (conocida en el sector por el término inglés upstream), cuya inversión se eleva a los 1.500 millones de dólares y en la que participan, a partes iguales, las dos multinacionales.

La otra compañía, dedicada al procesamiento, comercialización y distribución (downstream, en su término inglés), realizará una inversión inicial de 2.500 millones de dólares y tendrá a la firma iraní NIOC como principal accionista, con el 50%. Repsol y Shell se reparten el resto, el 25% cada una. El desarrollo de la actividad puede dar lugar a posteriores inversiones adicionales.

Las dos plataformas tendrán capacidad, según las fuentes consultadas, para extraer 18.000 millones de metros cúbicos al año, una cantidad que demuestra la importancia del acuerdo. Sólo hay que mirar que la demanda española es de 27.000 millones de metros cúbicos al año. Esa producción se destinará a alimentar los trenes de licuefacción de los que se obtiene el GLN. También se licuarán gases procedentes del petróleo y líquidos condensados, al aprovechar la extracción de crudo, aunque será en menor cantidad. El mercado potencial con el que cuenta este proyecto es el asiático -principalmente India-, así como el europeo, con España, Italia y el Reino Unido como objetivos.

Para el grupo español, esta operación, que persigue desde hace más de tres años, supone un salto exponencial en su estrategia de expansión y diversificación, ya que le concede la entrada en Irán, uno de los corazones petroleros mundiales. La operación de Irán es la primera de calado que realiza la petrolera hispano-argentina tras los acontecimientos sufridos en Argentina por la devaluación del peso. Repsol YPF, como principal inversor en el país suramericano, sufrió esta crisis en mayor escala que otras empresas españolas con presencia en el área. Tuvo que bajar su nivel de endeudamiento y, a partir de ahí, redirigir su política de inversiones.

La compañía que preside Alfonso Cortina ya cuenta con importante presencia en distintos países productores de crudo y de gas. Además de Argentina (desde la integración de YPF con Repsol), explota petróleo en Venezuela, Libia, Argelia y Colombia, entre otros. En gas, su presencia es importante en Trinidad y Tobago, desde donde exporta a EE UU, Chile, Bolivia y México. En Portugal es el segundo comercializador de carburantes tras la compra de las 303 gasolineras de Shell.

El interés iraní

Para Shell, una de las multinacionales con más solera del sector, representa su consolidación en el mercado y llega en un momento muy importante, ya que la sociedad atraviesa una dura crisis tras descubrirse que había contabilizado las reservas por encima de las que realmente contaba. Esa situación llevó a desprenderse de activos (entre ellos, las estaciones de servicio de España y Portugal). Para Shell, que tiene una fuerte presencia en Estados Unidos, la firma del acuerdo tiene como trascendencia añadida el hecho de que se haya realizado en vísperas de las elecciones presidenciales del país norteamericano. Algunas de las fuentes consultadas han subrayado esta circunstancia, ya que, dependiendo de quien sea el triunfador, podrían cambiar las cosas en la región productora.

Por otra parte, para Irán también tiene una enorme importancia que el proyecto se ponga en marcha cuanto antes. El Gobierno del país centroasiático nunca se ha volcado a explotar sus reservas de gas, que son las mayores del mundo después de Rusia, y su objetivo es convertirse en el principal exportador, puesto que ahora ocupa Qatar. Precisamente, la bolsa de gas que va a explotar junto a Repsol y Shell también se extiende por territorio qatarí bajo las aguas del golfo Pérsico.

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