"En construcción"

A las tres de la madrugada de ayer las obras de la escuela pública Fructuós Gelabert llegaban a su fin. Seis horas después, su director, Joan Domènech, descolgaba un cartel a la entrada de los barracones blancos: "Os estábamos esperando". Hace casi una década que el barrio de Gràcia reivindica esta escuela, que todavía no tiene una ubicación definitiva.

De momento, 40 alumnos de tres años, repartidos en dos aulas, y cuatro profesoras empezaron ayer el curso escolar. Curiosamente unas horas antes, un servicio de información telefónica explicaba que el colegio Fructuós Gelabert estaba "en...

A las tres de la madrugada de ayer las obras de la escuela pública Fructuós Gelabert llegaban a su fin. Seis horas después, su director, Joan Domènech, descolgaba un cartel a la entrada de los barracones blancos: "Os estábamos esperando". Hace casi una década que el barrio de Gràcia reivindica esta escuela, que todavía no tiene una ubicación definitiva.

De momento, 40 alumnos de tres años, repartidos en dos aulas, y cuatro profesoras empezaron ayer el curso escolar. Curiosamente unas horas antes, un servicio de información telefónica explicaba que el colegio Fructuós Gelabert estaba "en construcción". "Como la película", dice su director. "De momento y hasta que contemos con la nueva escuela, estaremos aquí. Ahora tenemos gradas, las aulas son amplias y con luz, pese a que se ha hecho en un mes", añade.

Teresa y Pere son de los primeros en llegar. Sólo hay que buscar la foto de su hija en los percheros para colocar la mochila y saber cuál es la clase. "Éste es un proyecto educativo nuevo. Todos los padres somos muy jóvenes y con muchas ganas", dice Pere.

Montse Vega no ha dormido mucho esta noche. Ella es una de las profesoras. Considera que los padres han sido valientes al "optar por una escuela que no podían ver ni tocar". Vega, maestra desde 1982, pide un esfuerzo público para que esta situación de imprevisión no se vuelva a repetir.