Detectada una fuga en el barco con residuos tóxicos hundido en Turquía

Ankara teme que la carga contaminante se libere en 48 horas

El ministro de Medio Ambiente de Turquía, Osman Pepe, admitió el miércoles que el barco MV Ulla, hundido con 2.200 toneladas de cenizas tóxicas provenientes de España, tiene una fuga, según recoge la prensa local. "Nosotros calculamos que las 2.200 toneladas de material peligroso pueden filtrarse al mar en uno o dos días. Ello podría contaminar 380.000 toneladas métricas de agua", afirmó Pepe.

El Gobierno de Turquía todavía no ha determinado la causa por la que el barco se hundió el pasado lunes 6, después de estar cuatro años anclado frente a Alejandreta (Iskanderun), en el sur ...

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El ministro de Medio Ambiente de Turquía, Osman Pepe, admitió el miércoles que el barco MV Ulla, hundido con 2.200 toneladas de cenizas tóxicas provenientes de España, tiene una fuga, según recoge la prensa local. "Nosotros calculamos que las 2.200 toneladas de material peligroso pueden filtrarse al mar en uno o dos días. Ello podría contaminar 380.000 toneladas métricas de agua", afirmó Pepe.

El Gobierno de Turquía todavía no ha determinado la causa por la que el barco se hundió el pasado lunes 6, después de estar cuatro años anclado frente a Alejandreta (Iskanderun), en el sur de Turquía. El navío llegó al puerto en 2000 después de que en diciembre de 1999 la constructora ACS Dragados rechazara en Jijel (Argelia) un envío de cenizas volantes provenientes del filtrado de las emisiones de centrales térmicas españolas. Este material se utiliza en construcción como un agregado del cemento.

Las autoridades del puerto han informado de que antes de que el barco hiciera agua observaron cómo una embarcación se alejaba del carguero. "No sabemos cómo y por qué se hundió el buque, pero desde luego que hay una duda en nuestras mentes acerca de si se hundió o fue hundido", dijo Pepe, quien ya había manifestado sus dudas sobre la causa del accidente el martes.

Ni la organización ecologista Greenpeace, que fue la primera en alertar sobre el peligro de la carga del MV Ulla, ni el Ministerio de Medio Ambiente español habían recibido ayer confirmación de las autoridades turcas sobre la supuesta fuga en el casco del barco.

"Todavía no hemos tenido respuesta oficial de Turquía. Ayer [por el miércoles] el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación citó al embajador de Turquía en Madrid, se le pidió información sobre la situación y se le trasladó nuestra máxima disposición para colaborar en la extracción y la repatriación de la carga", declaró el director general de Prevención contra la Contaminación y el Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo Aizpiri.

El estado de la carga es una incógnita hasta que lleguen los equipos de buzos que ha anunciado el Gobierno de Ankara. Fuentes de la cementera Lafarge Asland, propietaria de las cenizas, manifestaron que lo más probable es que se hubieran compactado con el agua. Ello no evitaría la contaminación por cromo VI, un metal pesado muy soluble.

Por otro lado Aizpiri aclaró ayer que el envío de cenizas era el decimonoveno que encargaba Lafarge Asland con destino a una presa que estaba construyendo ACS Dragados en Argelia. El contrato total era para transportar 220.000 toneladas. Ninguno de los acarreos tenía el permiso de Medio Ambiente, por lo que se multó a la cementera con 50.000 euros.

"Este caso demuestra, una vez más, que contaminar sigue siendo muy barato. El beneficio obtenido con estas prácticas es mucho mayor que la posible sanción en caso de ser descubiertos", ha declarado Sara del Río, responsable de la campaña de Tóxicos de Greenpeace.

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