OPINIÓN DEL LECTOR

Corrección de Teresa Pàmies

El artículo de Dídac Martínez publicado el pasado 16 de julio en la página 3 contiene un error que me concierne y ruego sea corregido: mis cartas secuestradas en Salamanca, de las que tengo fotocopia gracias a la gestión del historiador Josep Cruanyes de la Comissió de la Dignitat no fueron escritas por el "marido de Teresa Pàmies" -como dice el autor del artículo-. Se trata de cinco cartas manuscritas fechadas en agosto y septiembre de 1938 desde Estados Unidos, donde me encontraba formando parte de la delegación de la Alianza de la Juventud Antifascista Española al Segundo Congreso Mundial d...

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El artículo de Dídac Martínez publicado el pasado 16 de julio en la página 3 contiene un error que me concierne y ruego sea corregido: mis cartas secuestradas en Salamanca, de las que tengo fotocopia gracias a la gestión del historiador Josep Cruanyes de la Comissió de la Dignitat no fueron escritas por el "marido de Teresa Pàmies" -como dice el autor del artículo-. Se trata de cinco cartas manuscritas fechadas en agosto y septiembre de 1938 desde Estados Unidos, donde me encontraba formando parte de la delegación de la Alianza de la Juventud Antifascista Española al Segundo Congreso Mundial de la Juventud por la Paz. Las cartas le fueron incautadas al destinatario, mi hermano Josep Pàmies, cuando las tropas de Franco entraron en Barcelona el 26 de enero de 1939, operación efectuada con fines represivos, como está demostrado.

Junto con mis cartas, le fueron robadas a mi hermano otras piezas de su correspondencia personal. Seguimos reclamándolas, como el resto de los llamados papeles de Salamanca. Hasta ahora no he podido localizar otras cartas enviadas desde el exilio mexicano a mi madre, que se quedó en Cataluña, y a familiares residentes en Balaguer pidiendo noticias de mi madre, que murió sin haberlas recibido. En Salamanca, donde me personé para informarme el año 1977, me dijeron que las cartas no estaban en el "legajo Pàmies" y me aconsejaron buscar en Simancas aunque si fueron requisadas por la policía podrían estar en Ávila. Seguimos reclamando nuestras cartas, no las fotocopias, sino los originales.

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