Temor a un naciente eje París-Madrid

La visita del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la realizada la víspera por el ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, colmaban ayer las primeras páginas de los diarios argelinos con cierto tono de temor a las consecuencias políticas del naciente eje mediterráneo que se apunta entre París y Madrid.

"¿Argel y Rabat compelidos a negociar", titulaba, por ejemplo, el diario independiente Le Matin, que se hacía eco de que "al parecer, Argelia y el Reino alauí son hoy exhortadas por Washington, París y Madrid para suscribir un nuevo plan de arreglo" sobre...

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La visita del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la realizada la víspera por el ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, colmaban ayer las primeras páginas de los diarios argelinos con cierto tono de temor a las consecuencias políticas del naciente eje mediterráneo que se apunta entre París y Madrid.

"¿Argel y Rabat compelidos a negociar", titulaba, por ejemplo, el diario independiente Le Matin, que se hacía eco de que "al parecer, Argelia y el Reino alauí son hoy exhortadas por Washington, París y Madrid para suscribir un nuevo plan de arreglo" sobre el Sáhara.

Todos los diarios se hacían eco, en ese sentido, de las declaraciones del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, publicadas el pasado fin de semana, expresando el objetivo fundamental de que Francia y España hablen un mismo lenguaje cuando se dirijan a sus vecinos del sur.

Los periódicos recordaban, además, que París ha defendido ciegamente las posiciones de Marruecos sobre este conflicto, con el argumento de que un fracaso desestabilizaría definitivamente a la monarquía, mientras que Madrid ha estado siempre más próxima a la posiciones de Argelia y el Polisario, por razones históricas.

Dentro del tono general de aprehensión sobre este tema concreto, que no afectaba para nada al entusiasmo por el reforzamiento de las relaciones hispano-argelinas, los periódicos tendían a dejar el juicio definitivo en suspenso, hasta que la visita de Rodríguez Zapatero confirmara los matices de la posición española. Con excepciones, como la de Le Quotidien d'Oran, que concluía: "El plan de la ONU que apoya Argelia está sin duda amenazado por las acciones diplomáticas en curso. Esto no cambiará nada en la situación de impasse que prevalece actualmente, y en nombre de la cual se empeñan en intentar que el problema se convierta en bilateral. Lo único que se conseguirá, en definitiva, será embrollar las perspectivas de solución, con el Magreb como eterno perdedor".

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