EL FUTURO DE IRAK

La resistencia de Faluya acusa a la CIA de preparar asesinatos selectivos de sus líderes

"¿Conoce a Mohamed K. al Z.?". El hombre de negocios se quedó de piedra. Era la segunda vez en menos de 48 horas que un interlocutor iraquí le hacía la misma pregunta. No era casual. La resistencia busca a Mohamed K. al Z. para matarle y cualquiera que tenga pistas sobre su paradero es de utilidad. Fuentes próximas a los insurgentes aseguraron a este diario que se trata de un agente de la CIA que está detrás de la formación de escuadrones de la muerte para acabar con los cabecillas de la revuelta en Faluya.

"Hablar de esos llamados escuadrones de la muerte es el resultado de la crecient...

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"¿Conoce a Mohamed K. al Z.?". El hombre de negocios se quedó de piedra. Era la segunda vez en menos de 48 horas que un interlocutor iraquí le hacía la misma pregunta. No era casual. La resistencia busca a Mohamed K. al Z. para matarle y cualquiera que tenga pistas sobre su paradero es de utilidad. Fuentes próximas a los insurgentes aseguraron a este diario que se trata de un agente de la CIA que está detrás de la formación de escuadrones de la muerte para acabar con los cabecillas de la revuelta en Faluya.

"Hablar de esos llamados escuadrones de la muerte es el resultado de la creciente paranoia por parte de la insurgencia", respondió el teniente coronel T. V. Johnson por escrito cuando esta enviada recabó la versión de los responsables militares norteamericanos.

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"¿Se acuerda de los siete norteamericanos que capturaron el 9 de abril? Eran uno de esos escuadrones", defendió el interlocutor próximo a los rebeldes. Hasta donde se sabe, los secuestrados trabajaban como camioneros para Halliburton, una empresa que dirigió el vicepresidente Dick Cheney y que ha conseguido numerosos contratos en Irak. Uno de ellos, Thomas Hamill, escapó el 2 de mayo; otros cuatro fueron liberados más tarde, y los dos restantes, Thimothy Bell y William Bradley, aún permanecen en paradero desconocido.

"No puedo dar credibilidad a nada que usted haya podido oír en las calles de Faluya, ya que hay facciones que desconfían una de otra en su intento de conseguir el poder en la ciudad", desestimó el portavoz militar. "Quienes viven de hacer el mal y crear el caos sólo pueden ver mal y caos en cada esquina", insistió Johnson. "Los combatientes hostiles de Faluya que hacen acusaciones de que alguien está intentando matarles se revelan a sí mismos y su llamada causa como hipócritas", concluyó.

Los insurgentes dan detalles que, como toda la historia, son imposibles de comprobar. "Mohamed K. al Z. es un estadounidense de origen libanés que estuvo infiltrado en Al Qaeda y ha sido descubierto al abandonar la red", apuntan. Ese pasado le habría dado un conocimiento de la forma de trabajo de los terroristas que ahora preocupa sobremanera en esos círculos. El paradero del tal Mohamed K. al Z. es tan difícil de conocer como el del jordano Abu Musab al Zarqaui, por cuya cabeza EE UU ofrece 25 millones de dólares.

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