La manifestación del ¡Ahora sí!

Los homosexuales proclaman en Madrid que ha llegado el momento de conseguir la igualdad legal

Miles de personas desafiaron ayer al calor y se manifestaron en Madrid para pedir la plena equiparación en derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Los organizadores dieron la cifra de más de un millón de personas, pero fuentes de la Policía Municipal y de la Delegación del Gobierno no pudieron confirmarla por las especiales características de la convocatoria. Además de los manifestantes de a pie, la presencia de una treintena de carrozas y el numeroso público que entraba y salía de la marcha, hacían casi imposible calcularlo, explicaron. Pero la asistencia fue masiva. Cuando la...

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Miles de personas desafiaron ayer al calor y se manifestaron en Madrid para pedir la plena equiparación en derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Los organizadores dieron la cifra de más de un millón de personas, pero fuentes de la Policía Municipal y de la Delegación del Gobierno no pudieron confirmarla por las especiales características de la convocatoria. Además de los manifestantes de a pie, la presencia de una treintena de carrozas y el numeroso público que entraba y salía de la marcha, hacían casi imposible calcularlo, explicaron. Pero la asistencia fue masiva. Cuando la cabecera llegó al principio de Gran Vía (la mitad del recorrido previsto aproximadamente), las carrozas no habían alcanzado todavía el punto de partida.

Ocuparon un lugar de honor homosexuales y transexuales encarcelados durante el franquismo
Perdido el Gobierno, el PP no fue ya el blanco de las críticas, sino la Iglesia católica

En el frente de la marcha, sujetando una gran pancarta con el lema ¡Ahora sí!, en las cuatro lenguas españolas, compartieron la primera fila representantes de las asociaciones de homosexuales y transexuales de España y políticos de los partidos de izquierda (el concejal socialista en Madrid Pedro Zerolo, y Gaspar Llamazares e Inés Sabanés de IU), sindicalistas, como el secretario general de UGT, Cándido Méndez. Detrás desfilaron el Movimiento contra la Intolerancia, Amnistía Internacional, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y Solidaridad Obrera.

Al contrario que otros años, estuvo ausente el líder de CC OO, José María Fidalgo, quien se excusó con los organizadores por problemas de agenda. También faltaron algunos dirigentes del PSOE, que estaban en el congreso socialista, aunque el partido fletó un autobús para que los compromisarios que quisieran se acercaran a la manifestación, donde marcharon mezclados con los asistentes o con el grupo de Libertades Sexuales del partido, que encabezaba la diputada valenciana Carmen Montón. Mezclada entre los manifestantes participó Carmen Alborg, ministra de Cultura en los gobiernos de Felipe González.

La marcha, que estrenaba recorrido, acabó pasadas las 10 de la noche. En cabecera iban, ocupando un lugar de honor, tres grupos más marginados entre los discriminados: representantes de la asociación de homosexuales y transexuales que sufrieron cárcel durante el franquismo; lesbianas -algunas con sus hijos- y transexuales.

Faltó, como siempre, el PP. Ya Beatriz Gimeno, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgt), había indicado que "no se ha invitado a los dirigentes de ese partido", porque estaba "harta de sus desplantes" y su continua oposición a sus reivindicaciones. Una vez que han perdido el Gobierno, esta ausencia fue menos destacada que otras veces. Por primera vez los populares no fueron el blanco preferido de las críticas de los manifestantes, quienes cargaron con más fuerza contra la Iglesia católica.

Lemas como Fuera la religión de la educación; Ni rabino, ni papa, ni imán. Contra la homofobia, Estado laico o Clero, abusón, contigo, ni Dios acapararon las pancartas. Junto a estos mensajes, otros más generales o relacionados con el hecho de ser gay o lesbiana: Amarse entre iguales no es tan diferente; Si yo soy libre, tú también o Iguales impuestos, iguales derechos.

El comentario mayoritario entre los componentes de la cabecera de la marcha y muchos de los manifestantes era el éxito de la convocatoria y los logros obtenidos por el movimiento GLTB (gay, lésbico, transexual y bisexual), sobre todo el anuncio de una ley que permita los matrimonios de gays y lesbianas a partir del año que viene. Pero pese a este avance "histórico", algunos dirigentes, como el veterano Jordi Petit, alertaban de que quedaba "mucho camino por hacer para lograr la igualdad social".

Entre los retos pendientes, Petit y Gimeno coincidieron en la necesidad de acabar con la discriminación laboral (la Felgt acaba de firmar un acuerdo con UGT para que los convenios colectivos reconozcan los mismos derechos a las parejas homosexuales que a las heterosexuales, y para luchar contra la homofobia en las empresas), la atención de los gays y lesbianas mayores y, sobre todo, conseguir una sistema educativo que no sólo no discrimine a los estudiantes GLTB, sino que les dé referentes positivos "para acabar con la lacra de los suicidios de los adolescentes gays, que son el doble que entre los jóvenes heterosexuales", según Petit.

Lejos de la parte más oficial, la mezcla de gays, lesbianas, transexuales y heterosexuales era total. "Nosotros hemos venido con nuestros compañeros de trabajo", decían Ángel y Alberto, una pareja que, rodeados por sus amigos heterosexuales, alternaban los ratos de desfile con las paradas para ver pasar las carrozas o las drags más llamativas. "Hace años me negaba a asistir a las manifestaciones", dice Ángel. "Pero desde que todo mi entorno sabe que soy gay puedo vivir de otra manera".

En el lado opuesto, R. N., de 37 años, confirmaba la situación de miedo y marginación que todavía viven muchos gays y lesbianas "sobre todo de pueblos o capitales de provincia como la mía". Pendiente de esquivar las posibles cámaras de televisión o de fotógrafos profesionales para evitar que su familia la pudiera reconocer, R. N. admitía que no le quedaba más remedio "que llevar una doble o triple vida". "Ni en mi casa ni en mi trabajo saben que soy lesbiana; pero en cambio algunos de mis amigos sí". A su lado, su amiga S., que había dejado a su pareja -un hombre- en su ciudad para acompañar a R. N. en la manifestación y la celebración posterior en el centro de Madrid lo confirmaba.

Otro rasgo siempre presente en esta manifestación es el humor, presente en las pancartas, en los disfraces, los oradores o las carrozas. "Hay quien critica que salgamos a la calle a reivindicar y divertirnos a la vez. Tendrían que comprender que muchos gays, lesbianas y transexuales pasan los otros 364 días del año encerrados y ocultos", dijo Gancedo.

Como el año pasado, al llegar al final del recorrido oficial la marcha hizo una pausa entre el primer grupo (asociaciones, partidos políticos, sindicatos) y la parte más festiva (las carrozas de locales y empresas) para leer un manifiesto pactado por todas las asociaciones. La educación de los jóvenes en el respeto, el apoyo a los adolescentes GLTB, y el fin de la discriminación social fueron parte de las reivindicaciones que leyeron la presidenta de la Felgt, el presidente del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam), Arnaldo Gancedo, y Álex Casanova en representación de los grupos de transexuales. El final, un ¡Ahora sí! repetido, mostraba la esperanza que tienen en conseguir sus objetivos.

Una de las carrozas, durante el desfile del Día del Orgullo Gay por las calles de Madrid.GORKA LEJARCEGI.

Motivos de celebración

Con la manifestación de ayer acaba una semana de infarto para gays y lesbianas. Después de ocho años de rechazo, el Congreso aprobó el martes una proposición del PSOE para legalizar sus matrimonios (votaron en contra el PP, Josep Maria Guinart, de CiU, y Luis Mardones, de CC).

Para atar más la propuesta, al día siguiente el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, dio el calendario: el borrador estará listo después del verano, y su entrada en vigor será, previsiblemente, a primeros de 2005.

López Aguilar también despejó las dudas sobre el alcance de la medida: la equiparación será total, lo que significa que podrán adoptar conjuntamente (ya pueden hacerlo individualmente) y podrán también adoptar al hijo de su pareja.

Para los reacios al matrimonio, el Congreso también aprobó la tramitación de una ley estatal de parejas de hecho. Con ello se acabarán las desigualdades entre las distintas normas autonómicas.

Los y las transexuales también obtuvieron su reconocimiento. Para ellos el problema no es casarse -pueden hacerlo si el registro civil les reconoce el cambio de sexo-, sino conseguir que en los papeles figure un nombre y un sexo acorde con su género social.

También el miércoles López Aguilar anunció una ley de identidad sexual que les permitirá cambiar su DNI sin necesidad de someterse a la costosa, dolorosa y peligrosa cirugía de reasignación de sexo. Una reivindicación clave porque muchos no pueden costearse el tratamiento (les falta que se incluya en el catálogo de prestaciones sanitarias), o simplemente no quieren o no pueden hacerlo por motivos de salud o edad.

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