El Banco Mundial dice que la retirada israelí puede dañar a Gaza

Un informe recomienda reformas drásticas para evitar el colapso económico de la Franja

La salida del Ejército israelí de la franja de Gaza no mejorará la vida de los palestinos de la zona, sino al contrario, a no ser que este repliegue de tropas y colonos vaya acompañado de una serie de medidas políticas y económicas liberalizadoras complementarias, como son el levantamiento de restricciones de movimientos de la población, la reapertura de las fronteras y el establecimiento de un libre comercio, según alerta el Banco Mundial en un informe difundido ayer desde Jerusalén.

La retirada de los israelíes de la Franja de Gaza, tal y como contempla el primer ministro israelí -qui...

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La salida del Ejército israelí de la franja de Gaza no mejorará la vida de los palestinos de la zona, sino al contrario, a no ser que este repliegue de tropas y colonos vaya acompañado de una serie de medidas políticas y económicas liberalizadoras complementarias, como son el levantamiento de restricciones de movimientos de la población, la reapertura de las fronteras y el establecimiento de un libre comercio, según alerta el Banco Mundial en un informe difundido ayer desde Jerusalén.

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La retirada de los israelíes de la Franja de Gaza, tal y como contempla el primer ministro israelí -quien trata de convertir la zona, en una inmensa prisión aislada e incomunicada del resto del mundo-, amenaza con agravar la crisis económica en la que se encuentra sumida desde hace más de tres años la sociedad palestina y disparar los índices de pobreza, miseria y paro, según asegura el Banco Mundial en este documento.

En opinión de los expertos financieros del organismo internacional, la salida del Ejército de la franja de Gaza, el desmantelamiento de los 21 asentamientos judíos y el restablecimiento de la administración de la Autoridad Nacional Palestina no basta. Se trata de un territorio en el que viven más de un millón y medio de personas y por ello ese repliegue debe ser completado con otras medidas políticas y económicas. Entre ellas destacan dos: la libertad de movimientos de la población y el fin de las restricciones a las importaciones y exportaciones palestinas.

El Banco Mundial asegura que si no se adoptan estas medidas la zona puede quedar sumida en una de las crisis económicas más graves de la historia, peor que la sufrida por Estados Unidos en la Gran Depresión de los años treinta, lo que provocaría el "desmoronamiento" de la Autoridad Nacional Palestina y la desaparición de un interlocutor imprescindible para negociar en su día una paz en Oriente Próximo.

La llamada de alerta del Banco Mundial hizo reflexionar a los representantes del Cuarteto -Estados Unidos, UE, Rusia y Naciones Unidas- que ayer se reunieron en la ciudad egipcia de Taba para examinar algunos de los aspectos parciales del plan israelí de la retirada de Gaza, especialmente los relacionados con la seguridad, que son los ahora que parecen preocupar únicamente a los observadores internacionales.

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Ofensiva en Nablús

Los representantes del Cuarteto decidieron al finalizar la sesión de Taba, de acuerdo con las recomendaciones del Banco Mundial, convocar una reunión urgente, lo más tarde para en septiembre, de los países donantes para coordinar los programas de ayuda. Pero antes de que ésta se lleve a término, el Cuarteto ha manifestado su decisión de tutelar e impulsar los planes de reformas políticas previos, que ha empezado a exigir Egipto a israelíes y palestinos.

El Gobierno israelí, por su parte, decidía ayer actuar con puño de hierro sobre el casco antiguo de Nablús, al norte de Cisjordania, en un nuevo esfuerzo por acabar con las milicias radicales de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, que desde el campo de refugiados de Balata controlan la vida de esta capital. Las tropas israelíes habían sometido el núcleo central de la población a un duro asedio, cortado el suministro de electricidad y agua, cerrando las calles con alambradas, al tiempo que por su interior patrullaban las tropas.

Los soldados han iniciado por las callejuelas de Nablús una operación de búsqueda, casa por casa, de militantes radicales palestinos, utilizando los métodos más drásticos y contundentes como el de la voladura de puertas y la perforación de muros, que fueron utilizados hace dos años en la Operación Muro Defensivo.

Los soldados israelíes tratan especialmente con esta operación de acabar con Naif Abu Sharif, uno de los líderes carismáticos de la resistencia palestina en la zona, al que acusan de ser el inductor de un ataque suicida en Haifa en noviembre, en el que murieron 23 personas. El Ejército, que en mayo dinamitó la casa de este jefe de la Intifada, se presentó en el domicilio de su madre, a la que amenazó con matar si su hijo no se entregaba.

Un niño palestino levanta un cartel que dice: "América, vete al infierno".AP

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