Columna

Millonarios

Menos dio Aznar, que no dio nada. Y mucho menos Rajoy, con ese aspecto de sombrío vendedor de paraguas. Y para qué hablar de Arenas y la señora Martínez, doña Teófila, que no solo no dieron nada, sino que hicieron lo imposible para que eso sucediera. Tal cual aquel insigne diputado cunero por Jaén llamado Montoro y que ahora paseará su triste figura, salido de un cuadro del Greco, por el Parlamento europeo. No quisieron, o no pudieron o no fueron lo suficiente listos para sacarle tajada política a la deuda de la financiación que el Gobierno de España tenía con Andalucía, entre otros motivos po...

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Menos dio Aznar, que no dio nada. Y mucho menos Rajoy, con ese aspecto de sombrío vendedor de paraguas. Y para qué hablar de Arenas y la señora Martínez, doña Teófila, que no solo no dieron nada, sino que hicieron lo imposible para que eso sucediera. Tal cual aquel insigne diputado cunero por Jaén llamado Montoro y que ahora paseará su triste figura, salido de un cuadro del Greco, por el Parlamento europeo. No quisieron, o no pudieron o no fueron lo suficiente listos para sacarle tajada política a la deuda de la financiación que el Gobierno de España tenía con Andalucía, entre otros motivos porque nos contaron mal. Éramos y somos el ciento y la madre (o sea más de siete millones y medio de ciudadanos y no se enteraron).

Y ahora vienen los sociatas, todo alegres, jacarandosos, con las castañuelas a revoleo y los ojos haciendo chiribitas de alegría y se apuntan al tanto, aunque sea al de los 2.500 millones de euros (cifras en euros parecen minucias, pero es una jartá de billones de las antiguas pesetas). Y así los ves, con la sonrisa flotando como los michelines playeros, dándose palmaditas en la espalda y el galante gesto de Pepe Griñán, no podía ser otro, entregando la pluma del delito a Magdalena Álvarez (¡como te echamos de menos por estos lares; siempre había un titular en tus labios o una amenaza de tormenta en tu mirada). Y allí estaban los ochos consejeros, (guarden la mirada de Zarrías, como cuando mete un gol de los suyos), dos ministros y Manuel Chaves, en San Telmo guardando el huerto ( y no precisamente de jaramagos), no vaya a ser que Arenas, flagelador impenitente de sus propios pecados, siga repartiendo millones de euros a mansalva, allá por donde va.

Prometí no escribir nunca más de la deuda de la financiación, pero ya ven, los políticos y los hechos lo ponen a huevo, incluso pensando que mejor nos hubiera ido en el año 2020 con los 14.000 millones que pide Valderas. Pero mire usted, se firma en el Día del Señor, y en vez de celebrarlo el PP, lo que sería más propio, vienen los intrusos socialistas y le levantan el muerto. Y es que no puede ser Javierito; que así no nos comemos una rosca. Hay políticos que son gafes, ¡que le vamos a hacer!

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