LA POSGUERRA DE IRAK | Cumbre del G-8

Frenar el riesgo nuclear

Alianzas Globales para el siglo XXI, la iniciativa que agrupa a dirigentes europeos y norteamericanos que favorecen soluciones a los problemas internacionales mediante la cooperación internacional, ha hecho un llamamiento a los líderes del G-8 para que reactiven una estrategia que combata la proliferación de armas nucleares y de tecnología para fabricarlas y usarlas por parte de grupos terroristas. En un encuentro con un grupo de periodistas en Washington, organizado por el Centro Americano para el Progreso, los antiguos responsables de Exteriores de EE UU y el Reino Unido, Madeleine Albright ...

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Alianzas Globales para el siglo XXI, la iniciativa que agrupa a dirigentes europeos y norteamericanos que favorecen soluciones a los problemas internacionales mediante la cooperación internacional, ha hecho un llamamiento a los líderes del G-8 para que reactiven una estrategia que combata la proliferación de armas nucleares y de tecnología para fabricarlas y usarlas por parte de grupos terroristas. En un encuentro con un grupo de periodistas en Washington, organizado por el Centro Americano para el Progreso, los antiguos responsables de Exteriores de EE UU y el Reino Unido, Madeleine Albright y Robin Cook -por teléfono desde Londres- reclamaron un esfuerzo serio para prevenir "la pesadilla de un ataque nuclear" y para que el G-8 vaya más allá de la retórica y adopte medidas concretas.

La proliferación nuclear, en palabras de Albright, "es una de las amenazas más graves que existen para la seguridad y la paz". Europeos y norteamericanos, añadió, deben dejar atrás sus diferencias para apoyar un programa que dedique más dinero al Fondo contra la Extensión de Armas de Destrucción Masiva, que acorte a la mitad el plazo de 10 años previsto para el control de los materiales atómicos, que aplique las sanciones para los que no cumplan el Tratado de No Proliferación Nuclear y que coopere en el intercambio de información para asegurar el control de fronteras, puertos y aeropuertos.

Cook afirmó que en este aspecto "no hay diferencias sustanciales" entre europeos y norteamericanos, como se demostró con la presión conjunta sobre Irán para que se sujete a los controles internacionales. "Quizá incluso los europeos están más interesados que los norteamericanos, aunque sólo sea para controlar el programa nuclear ruso" y evitar "las graves consecuencias que tiene para la seguridad y el medio ambiente", dijo.

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