El mar Cantábrico acogerá la primera planta europea de electricidad generada por el oleaje

Un parque de boyas gigantes de 2.000 metros cuadrados producirá energía para 1.500 familias

Lo último en energías renovables es el aprovechamiento del oleaje. De la docena de intentos por convertir esa fuerza natural en electricidad, uno comienza a caminar. Es el primer proyecto piloto de Europa y se situará a una milla del faro del Pescador, en Santoña, Cantabria. En una superficie de 2.000 metros cuadrados, 10 boyas gigantes transformarán en corriente eléctrica el oleaje generado por su desplazamiento mecánico al subir y bajar. Lo ponen en marcha una filial de Iberdrola, la empresa OPT que aporta la tecnología, el Gobierno cántabro y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de...

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Lo último en energías renovables es el aprovechamiento del oleaje. De la docena de intentos por convertir esa fuerza natural en electricidad, uno comienza a caminar. Es el primer proyecto piloto de Europa y se situará a una milla del faro del Pescador, en Santoña, Cantabria. En una superficie de 2.000 metros cuadrados, 10 boyas gigantes transformarán en corriente eléctrica el oleaje generado por su desplazamiento mecánico al subir y bajar. Lo ponen en marcha una filial de Iberdrola, la empresa OPT que aporta la tecnología, el Gobierno cántabro y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE).

El pasado 25 de marzo, los socios dieron luz verde. Sólo hay otra planta similar en el mundo. La está desarrollando la misma empresa norteamericana OPT (Ocean Power Technologies) en la isla de Oahu, Hawai, por encargo de la Marina norteamericana. Cuenta con un megavatio de potencia y un presupuesto de 5,14 millones de dólares. Está a punto de arrancar para proveer suministro eléctrico a una base militar próxima.

Un proyecto similar a ése es el que dirige para Santoña Roberto Legaz, responsable de desarrollo de Energías Renovables de Iberdrola, con muchos años de experiencia en parques eólicos. La elección de Santoña para instalar la primera planta europea de oleaje se explica por la idoneidad del emplazamiento, la proximidad de una red de distribución eléctrica para enganchar la energía producida y la existencia en el puerto de Santander de factorías como Técnicas Reunidas, especialista en construir complejos metálicos como los vasos de reactores nucleares, que podría fabricar también las boyas gigantes.

En las negociaciones que mantiene con el Gobierno cántabro para la instalación de esta planta de oleaje, Iberdrola no descarta participar, además, en la instalación de parques eólicos en esta región, una de las más reticentes hasta ahora hacia los molinos de viento por su impacto visual.

Sin impacto visual

Legaz destaca como principal ventaja de la tecnología de OPT -sobre la docena de sistemas desarrollados en el mundo para el aprovechamiento energético del oleaje- que es un sistema que funciona totalmente sumergido. Carece por tanto de impacto visual. En el caso de Santoña, la planta piloto constará de 10 boyas gigantes de 16 metros de longitud y seis de diámetro, ancladas al fondo marino a 30 metros de profundidad y con una inclinación del 60º para protegerlas de las tormentas. Ocuparán un espacio de unos 2.000 metros cuadrados a 1,2 kilómetros del faro del Pescador. Sólo quedarán visibles en la superficie las balizas de cada boya

El funcionamiento es sencillo, dice Legaz. En los mares de oleaje intenso, como el Cantábrico, con oscilaciones entre uno y cinco metros, las boyas suben y bajan con fuerza. La energía mecánica de este movimiento pendular se traslada a una bomba hidráulica situada en una cámara encapsulada. Desde allí se carga un sistema de un fluido de aceite y lo dirige por unas tuberías hasta mover un alternador. La corriente es transformada en unas instalaciones submarinas que conectadas a un cable transmiten la energía producida hacia el exterior para su distribución por la red eléctrica convencional.

Cada boya cuenta con una potencia inicial de 125 kilovatios, como los primeros molinos de viento que se instalaron en España. Legaz cree que esa potencia se podrá duplicar, con lo que la planta piloto de Santoña alcanzará una potencia conjunta de entre 1,25 y 2 megavatios, la energía que consumen unas 1.500 familias, la tercera parte de la población de Santoña. Esta energía gozaría de las mismas primas especiales con la que el sistema eléctrico retribuye a la energía eólica. Si el prototipo funciona, los socios tienen la idea de instalar en el Cantábrico y el litoral Atlántico gallego plantas de hasta 100 megavatios de potencia.

El proyecto de Santoña está maduro. Legaz tiene preparado el terreno. Ha mantenido contactos con el Ministerio de Medio Ambiente, el Gobierno cántabro, la alcaldesa de Santoña y hasta los pescadores locales, los más sensibles a este tipo de instalaciones.

Costará 2,66 millones de euros

El proyecto cuenta con un presupuesto inicial de 2,66 millones de euros que serán aportados por la sociedad promotora, cuya constitución se ha pospuesto hasta octubre, cuando finalicen los primeros estudios exploratorios. Iberdrola participa con un 70% y el resto a partes iguales se distribuye entre OPT, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) y la Sociedad para el Desarrollo de Cantabria (Sordecan). Iberdrola confía en recibir 800.000 euros de los fondos europeos Profit para el desarrollo tecnológico industrial.

El presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, ha resaltado que esta planta es uno de los tres proyectos (los otros son centrales de gas) que "pueden contribuir" a completar la producción energética de Cantabria.

Hasta ahora, la iniciativa no ha encontrado oposición. Todo lo contrario. A la alcaldesa socialista, María del Puerto Gallego, le parece "muy interesante", aunque está pendiente de que le presenten los estudios sobre su impacto ambiental: "Somos un pueblo preocupado por conservar nuestro medio ambiente. Los promotores estuvieron reconociendo la zona con los marineros y no parece que interfiera su actividad". El municipio vive básicamente de la industria conservera (es el primer exportador de anchoas de España), el turismo y el movimiento en torno al penal del Dueso.

Los promotores pedirán la colaboración de la cátedra de Oceanografía de la Politécnica de Cantabria, que dirige César Vidal, para estudiar en detalle los fondos marinos donde se ubicará la planta, la energía potencial de las olas y el diseño del tipo de anclaje apropiado para las boyas con el fin de obtener la máxima eficiencia.

La idea, según Legaz, es poder iniciar la instalación en febrero de 2005, ponerla en marcha en el verano de ese mismo año y amortizarla en 30 años.

Cree que el sistema será de gran utilidad para su aplicación en desalación de agua marina o en la producción de energía en zonas aisladas y considera que es sólo el principio.

Legaz opina que sucederá algo similar a lo que él mismo protagonizó hace 12 años cuando puso en marcha el parque eólico de El Perdón, junto a Pamplona. En este corto plazo, España se ha situado como tercera potencia del mundo en energía eólica instalada.

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