Demolición, sí; puerto, no
Los vecinos de la urbanización Costa Daurada de Roda de Barà apuestan fuerte y de forma incondicional por la nueva Administración que regirá Cataluña en los próximos cuatro años para que con su actuación se subsanen las irregularidades acaecidas en este tramo de la costa. Como vulgarmente se dice en el argot taurino, hemos sido toreados durante casi más de dos décadas por la Administración saliente, pues una serie de irregularidades han modificado de forma importante la pequeña franja costera perteneciente a dicha urbanización, sin tener en cuenta las movilizaciones y reivindicaciones de los v...
Los vecinos de la urbanización Costa Daurada de Roda de Barà apuestan fuerte y de forma incondicional por la nueva Administración que regirá Cataluña en los próximos cuatro años para que con su actuación se subsanen las irregularidades acaecidas en este tramo de la costa. Como vulgarmente se dice en el argot taurino, hemos sido toreados durante casi más de dos décadas por la Administración saliente, pues una serie de irregularidades han modificado de forma importante la pequeña franja costera perteneciente a dicha urbanización, sin tener en cuenta las movilizaciones y reivindicaciones de los vecinos. Ya en su día salió en los medios informativos la denuncia de la construcción de viviendas tocando el mar y saltándose la Ley de Costas. Para paliar esta irregularidad, la solución fue ampliar la playa con la aportación de grandes cantidades de arena, provocando el deterioro de los fondos marinos y la destrucción de ciertas especies autóctonas. Y últimamente, por si esto fuera poco, la construcción de un puerto sin ningún futuro acaba de estropearlo todo. Esperemos que este faraónico proyecto sea demolido y que la Administración entrante apoye nuestras reivindicaciones.