Fabra se enfrenta a supuestos delitos de estafa y apropiación indebida

El empresario vincula al dirigente del PP con la venta de productos fitosanitarios peligrosos

El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, se enfrenta a los presuntos delitos de estafa, apropiación indebida, falsedad en documento mercantil, contra la salud pública y contra la propiedad industrial en las querellas interpuestas contra él por el empresario Vicente Vilar. De momento, el líder del PP de Castellón se mantiene en silencio, aunque ya ha anunciado, como respuesta, la presentación de un querella por injurias. Vicente Vilar denuncia, entre, otras cosas, el pago de comisiones por la redacción de informes inexistentes y el pago de millones para ejercer presión polític...

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El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, se enfrenta a los presuntos delitos de estafa, apropiación indebida, falsedad en documento mercantil, contra la salud pública y contra la propiedad industrial en las querellas interpuestas contra él por el empresario Vicente Vilar. De momento, el líder del PP de Castellón se mantiene en silencio, aunque ya ha anunciado, como respuesta, la presentación de un querella por injurias. Vicente Vilar denuncia, entre, otras cosas, el pago de comisiones por la redacción de informes inexistentes y el pago de millones para ejercer presión política en favor de intereses empresariales.

Carlos Fabra dice que está preparando una querella contra el empresario por injurias
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En cualquier caso, en las querellas no figura él como querellante, sino una empresa, Naranjax, de la que el empresario ha sido administrador único hasta el pasado mes de noviembre.

La única conexión mercantil entre Vilar y Fabra es una empresa llamada Artemis en la que la ex mujer del empresario y la esposa del político aparecen como únicas accionistas. Esta empresa se dedica, según Vilar, a la obtención de registros para productos fitosanitarios que, posteriormente, fabrica y comercializa Naranjax. Ayer, también habló la ex mujer de Vilar, Monserrat Vives, quien admitió que su empresa ha recibido asesoramiento de una sociedad de Carlos Fabra, Carmacas, aunque dijo no recordar de qué tipo, la fecha o las cantidades que pagó por el trabajo. Vives sí recordó que, en una ocasión, Fabra asesoró a la Asociación Española de Fitosanitarios y Sanidad Ambiental (Aefisa) para que el Gobierno "no cambiara o no sacase", tal como señaló, la Ley de Sanidad Vegetal.

Vicente Vilar aseguró ayer haber "advertido" a Fabra. Estas advertencias están, entre otras cosas, plasmadas en una carta que el propio empresario remitió hace unos días al presidente de la Diputación de Castellón y en la que le aseguraba que muchas de las operaciones habían quedado reflejadas en distintos libros de actas. "Has cobrado muchísimos millones por tráfico de influencias", le decía Vilar a Fabra. "Es la última vez que te aviso de forma personal", le escribió, "No me gustaría verte en los tribunales frente a las cámaras de televisión que tanto adoras", añadió. "Le avisé, quise la paz, pero pudo su prepotencia", añadió ayer. El empresario afirmó haber recibido "amenazas" por parte de Fabra "a través de intermediarios" e incluso, según indicó "me han amenazado diciéndome que domina a los fiscales y que me va a meter un puro". "Yo confío en los fiscales, en los jueces y en la democracia y conozco sus tretas", remarcó. Vilar no quiso desvelar el montante total que llegó a pagar a Fabra por el asesoramiento inexistente y por las influencias ejercidas para que algunos de los productos que fabricaba su empresa fueron registrados oficialmente por los Ministerios de Agricultura y Sanidad "gracias a las presiones políticas que ejerció". Una presión que calificó de "muy fuerte para que el producto saliera al mercado en una semana", dijo. Según ratificó y especifica en la querella "Fabra emplea la táctica de convencer a políticos de alto rango del PP (José María Aznar, Celia Villalobos y Jesús Posadas, entre otros) de que los técnicos eran unos mafiosos bien organizados y, para ello, mantiene reuniones con los políticos anteriormente nombrados y les pide que presionen a directores y subdirectores generales para que, a su vez, éstos presionen a los técnicos y las autorizaciones se concedan rápidamente". En algunas de estas conversaciones, tal como refleja la querella, Vilar está presente, junto a Carlos Fabra.

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La acusación de los delitos contra la salud pública y contra la propiedad industrial se centra en la venta de productos fitosanitarios que calificó de "tóxicos y peligrosos" y aseguró que la empresa Artemis "vende productos fitosanitarios en el campo que son ilegales", ya que "los reetiqueta con el nombre de un fabricante no autorizado".

"Estoy tranquilo. En esta vida todo son riesgos", aseguró Vilar. Poco después, su ex mujer comparecía también ante los medios de comunicación para contar su versión. "Sólo diré que la denuncia contra Carlos Fabra es falsa y responde a una venganza", dijo Monserrat Vives, quien aportó autos judiciales por el impago de las pensiones a ella y a los tres hijos de ambos y una denuncia que presentó contra Vilar, el pasado mes de abril, en la que le acusa de "violarla, abofetearla y amenazarla". Vives, que considera que su ex marido es un "psicópata", mostró también un informe pericial que señala que ambos se conocieron cuando ésta ejercía la prostitución y sufría una situación "física y social deplorable". Sin embargo, este informe concluye que, tras la exploración "no se aprecia psicopatología alguna que le impida conocer el significado y contenido de sus acciones o de actuar conforme a dicha comprensión". El mismo informe habla de que los precedentes de Vicente Vilar "esbozan una personalidad sin escrúpulos, violenta y mezquina, pero son precisos más datos". Vives aseguró que su entonces marido ha llegado a "obligarle" a vivir en una fábrica sin ventilación. En todo momento, Monserrat Vives destacó la ayuda que le ofrecieron Carlos Fabra y su esposa, María Amparo Fernández, a quien, por contra, el empresario señala como "culpable" de que su esposa "perdiera los estribos y creyera en fantasías".

Montserrat Vives compareció acompañada de María Carmen Muñoz, la cuñada de la primera mujer de Vilar, con la que estuvo casado durante dos años y a la que, según dijo, también agredía, aunque no consta denuncia alguna.

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