Rusia asegura defender los intereses de España con su resistencia a Kioto

Un asesor presidencial afirma que la negativa procede de Putin

Al negarse a ratificar el Protocolo de Kioto, Rusia defiende también los intereses de países europeos como España, que tendrán que pagar cuantiosas sumas o reducir su actividad económica para ajustarse a las exigencias del documento sobre el clima. Así lo dijo ayer el principal asesor económico presidencial, Andréi Ilariónov, el cual insistió en que Moscú no ratificará dicho Protocolo y que ésta es la posición que el presidente Vladímir Putin transmitió el pasado martes a un grupo de selectos inversores occidentales.

Ilariónov calificó la posición rusa sobre Kioto como la "decisión del ...

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Al negarse a ratificar el Protocolo de Kioto, Rusia defiende también los intereses de países europeos como España, que tendrán que pagar cuantiosas sumas o reducir su actividad económica para ajustarse a las exigencias del documento sobre el clima. Así lo dijo ayer el principal asesor económico presidencial, Andréi Ilariónov, el cual insistió en que Moscú no ratificará dicho Protocolo y que ésta es la posición que el presidente Vladímir Putin transmitió el pasado martes a un grupo de selectos inversores occidentales.

Ilariónov calificó la posición rusa sobre Kioto como la "decisión del año" en la política exterior del Kremlin, y argumentó que el protocolo "carece de base científica" y "perjudica a Rusia", porque "impone barreras insuperables" a su crecimiento.

Preguntado sobre la posible vinculación de la ratificación de Kioto y el ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio (OMC), Ilariónov contestó que "esta opinión existe" sobre todo en Occidente, y señaló que ambos procesos son "bastante diferentes".

La ratificación de Rusia es imprescindible para la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, un documento aprobado en 1997 que contempla la limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Desde hacía varios meses Moscú se venía desmarcando progresivamente de su promesa de ratificar el acuerdo, aunque ya lo firmó en marzo de 1999. Ayer, Ilariónov dio un paso más en el desarrollo de los argumentos rusos y se erigió en defensor de los intereses de los países de la Unión Europea, y concretamente de España. "Rusia hoy no sólo defiende sus intereses, sino los de otros países de la UE que superan las emisiones de C02. España, por ejemplo, supera ya en más de un 30% el nivel de emisiones con respecto a 1990", dijo Ilariónov en respuesta a una pregunta de esta corresponsal.

Actividad económica

El Gobierno español "debe plantearse si está dispuesto a pagar por la adquisición de las cuotas de emisiones de C02 a las que se ha comprometido el país de acuerdo con un Protocolo que no tiene base científica o si las autoridades españolas están dispuestas a reducir la actividad económica que ahora tienen". Basándose en datos de la Comisión Europea, Ilariónov manifestó que sólo el Reino Unido y Suecia están en condiciones de cumplir las exigencias del documento. "Por eso, poner en práctica el protocolo significaría limitar seriamente el desarrollo económico de Europa, y, aunque son los europeos los que deberían preocuparse en primer lugar, Rusia, al negarse a tomar una decisión sin suficiente base científica, hace una contribución al crecimiento económico del continente", manifestó.

Ilariónov, que puso en cuestión el carácter universal del Protocolo, señalo que la comunidad internacional, si de verdad se preocupa por las emisiones, "debería estar agradecida a Rusia" por tener una posición de contenido y no formal, y debería dirigir sus reproches hacia Estados Unidos y China. También dijo que el viceministro de economía, Mujamed Tsikánov, se había equivocado al decir el día anterior que el Gobierno se dispone a ratificar el Protocolo. Según Ilariónov, no hay diferencias entre el presidente y el Gabinete sobre este punto.

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