Cartas al director

Los ordenadores y Extremadura

Ante las opiniones expresadas por don Ángel Hernández Tovar en Cartas al Director el sábado 1 de noviembre, quiero hacer las siguientes consideraciones:

La dificultad no estriba en comprarse un carísimo coche y no disponer de gasolina, puesto que sólo hay que acercarse al surtidor y negociar los litros necesarios para que el motor funcione. La dificultad real se encuentra en si quien se ha comprado el coche no sabe conducir y, lo que es peor, no sabe que existen autovías (de la información) para circular con comodidad y sin atascos por todo el mundo.

El problema se acrecienta cua...

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Ante las opiniones expresadas por don Ángel Hernández Tovar en Cartas al Director el sábado 1 de noviembre, quiero hacer las siguientes consideraciones:

La dificultad no estriba en comprarse un carísimo coche y no disponer de gasolina, puesto que sólo hay que acercarse al surtidor y negociar los litros necesarios para que el motor funcione. La dificultad real se encuentra en si quien se ha comprado el coche no sabe conducir y, lo que es peor, no sabe que existen autovías (de la información) para circular con comodidad y sin atascos por todo el mundo.

El problema se acrecienta cuando, al no poder viajar (navegar), se desconoce que hay más de 60.000 coches (ordenadores) circulando todos los días por las autopistas de la educación y que sus conductores aprendieron fácilmente, sin traumas, en poco tiempo y... con ilusión por cambiar el futuro.

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Por último, el motor de un coche carísimo suele venir blindado (con códigos que sólo conocen determinados mecánicos) y eso representa una dificultad añadida para quien, además de no saber conducir, no conoce la utilidad del coche y no quiere aprender.

Extremadura ha impartido e imparte cursos de conducir por las autopistas de la información a todo el que quiere aprender, ha descodificado el motor (software libre) para que cualquiera pueda adaptarlo a sus necesidades y ha puesto coches (ordenadores) a disposición de todos los usuarios (estudiantes, profesores, ciudadanos en general).

Siempre engañaron a los más débiles diciéndoles que los coches (las tecnologías) eran sólo para quienes podían pagárselos, que consumían y exigían esfuerzos y, además, para evitar disconformidades, les proporcionaban profesionales sin carné de conducir. No debe doler que Extremadura esté la primera en esta materia.

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