ELECCIONES EN CATALUÑA

José María Aznar y Artur Mas se disputan la representación de los empresarios catalanes

El presidente y el líder de CiU convocan actos simultáneos con industriales en Barcelona

Artur Mas y José María Aznar escenificaron ayer la disputa abierta por representar al poder empresarial y la estabilidad en Cataluña que se vive entre CiU y el PP. Ambos convocaron, casi a la misma hora, sendos actos con empresarios en Barcelona. Mas reunió a más de 500 grandes industriales, y Aznar a menos de 100 representantes de la pequeña empresa. Ambos se culparon de la ruptura entre PP y CiU. Mas habló de "desprecio" y Aznar recordó que el PP apoyó ocho veces a CiU en los presupuestos catalanes, mientras los nacionalistas sólo han correspondido en siete ocasiones.

Aznar, como pres...

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Artur Mas y José María Aznar escenificaron ayer la disputa abierta por representar al poder empresarial y la estabilidad en Cataluña que se vive entre CiU y el PP. Ambos convocaron, casi a la misma hora, sendos actos con empresarios en Barcelona. Mas reunió a más de 500 grandes industriales, y Aznar a menos de 100 representantes de la pequeña empresa. Ambos se culparon de la ruptura entre PP y CiU. Mas habló de "desprecio" y Aznar recordó que el PP apoyó ocho veces a CiU en los presupuestos catalanes, mientras los nacionalistas sólo han correspondido en siete ocasiones.

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Aznar, como presidente del Gobierno, nunca ha debatido con Artur Mas, ni lo hará, porque el conseller en cap no es diputado en Madrid. Pero ayer se logró una especie de debate en diferido, porque el sucesor de Jordi Pujol nombró embajadores a los dirigentes de Pimec-Sefes, la patronal de la pequeña y mediana empresa catalana, que abandonaron la comida con el candidato de CiU para acudir al acto de Aznar. "Transmítanle al presidente nuestro malestar por el silencio, cuando no menosprecio, ante nuestras propuestas para los presupuestos", les espetó Mas. El eje de la polémica es la decisión de CiU de no apoyar los presupuestos en el Congreso de los Diputados, por primera vez desde que gobierna el PP.

El presidente de Pimec-Sefes, Joan González, cumplió la tarea, y ante un Aznar visiblemente sorprendido e incluso enfadado por la situación, transmitió que CiU se sentía "despreciada" por el Gobierno central pero que aún estaban a tiempo de recuperar "el apoyo histórico" que ambas fuerzas se han dado "siempre que se respete a los nacionalistas".

El presidente del Gobierno esquivó primero la pregunta, diciendo que de los rifirrafes con Mas "se encarga Josep Piqué", su candidato, que estaba en la sala. Pero enseguida recuperó, como este lunes, también en Barcelona con empresarios, una cita de Ortega y Gasset: "España es el único país donde se discuten los datos". Él dio uno tajante: "Nosotros hemos apoyados los presupuestos catalanes ocho veces. Ellos, sólo siete. Y precisamente han retirado su apoyo el año que más inversiones en infraestructuras del Estado ha recibido Cataluña". El presidente ofreció este dato en bruto, sin aclarar la distorsión que producen dos grandes proyectos varias veces retrasados, como la construcción del AVE y de la tercera pista del aeropuerto de Barcelona.

Lo cierto es que, en una misma semana, Aznar ha mantenido dos reuniones con empresarios en Barcelona. Una con los grandes patronos, el lunes, y ayer un acto un tanto desangelado, comparado con el de Mas, con los pequeños empresarios.

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Estatuto olvidado

Los dos dirigentes se empeñaron en representar la moderación y la estabilidad. El candidato de CiU, que ha mantenido tradicionalmente la hegemonía en el mundo empresarial, lo dejó muy claro en el almuerzo con la élite catalana: "CiU es el voto útil para asegurar el progreso económico de Cataluña, un voto de progreso no especulativo". En su tercer encuentro con empresarios en dos días, Mas dejó un doble mensaje: que en la nueva CiU pospujoliana no habrá lugar para las disensiones internas y que el proyecto que encabeza no está para grandes aventuras políticas, sino que continuará la estela dejada por Jordi Pujol. "Convergència i Unió sigue siendo un valor sólido, probado y renovado", sentenció. Mas logró transmitir esa imagen de moderación. Primero guardó en un cajón su proyecto de un nuevo Estatuto. Y luego consumió la mayor parte de su discurso en arremeter ferozmente contra los socialistas. De paso, defendió la abstención en la votación del los Presupuestos. "El PP nos ha dado la espalda y no pretenderán que vayamos detrás de ellos como corderitos obedientes", proclamó.

La precampaña del PP también ha estado centrada en los empresarios. La mayoría de los actos importantes de Josep Piqué hasta ahora han sido con ellos. De hecho, ayer mismo, nada más presentar su programa de vivienda ante los periodistas, el ex ministro de Ciencia y Tecnología se fue a discutirlo con la patronal de la construcción.

Aznar repitió la idea central de su discurso del pasado lunes: los pactos de los últimos años, y la estabilidad insitucional, han permitido a España y a Cataluña alcanzar "los mayores niveles de progreso", que están puestos en peligro por la obsesión de los nacionalistas de "inventarse problemas" como el de la reforma del Estatut, sostiene el presidente. "La España y la Cataluña de hoy son plurales, prósperas y dinámicas, no creo que sea favorable cambiar lo que va bien".

Los empresarios tienen una presencia abrumadora en la campaña y precampaña, y no sólo en la disputa entre CiU y PP. La semana pasada, Joan Rosell, líder de la patronal, causó una fuerte polémica al decir que la posible presencia de ERC en el Gobierno ponía en peligro la estabilidad.

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