Berlusconi afronta hoy la tercera huelga general de su mandato
Italia vivirá hoy una huelga general (la tercera del mandato de Berlusconi) que afectará sobre todo al sector público y los transportes y que constituirá, según los sindicatos, "sólo el principio" de una campaña de protestas contra la reforma de las pensiones proyectada por el Gobierno. La convocatoria sindical llama a la interrupción del trabajo durante cuatro horas, pero en algunas regiones serán ocho y en algunos sectores, como los tribunales, los hospitales y la docencia, se parará durante toda la jornada.
El presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, considera que la prolongación d...
Italia vivirá hoy una huelga general (la tercera del mandato de Berlusconi) que afectará sobre todo al sector público y los transportes y que constituirá, según los sindicatos, "sólo el principio" de una campaña de protestas contra la reforma de las pensiones proyectada por el Gobierno. La convocatoria sindical llama a la interrupción del trabajo durante cuatro horas, pero en algunas regiones serán ocho y en algunos sectores, como los tribunales, los hospitales y la docencia, se parará durante toda la jornada.
El presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, considera que la prolongación de la vida laboral, de los 60 a los 65 años o, alternativamente, hasta que el trabajador haya cotizado 40 años en lugar de los actuales 37, es imprescindible para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones más allá de 2013.
Berlusconi ha asumido la reforma como algo personal y, tras una polémica aparición en las tres televisiones públicas, en hora de máxima audiencia, para exponer a los italianos las razones de su plan, ha dispuesto el envío a cada hogar de una carta con los mismos argumentos: el Estado, con un endeudamiento cercano al 104% del producto interior bruto (PIB) anual, no podrá garantizar las futuras pensiones de los jóvenes si no se asume un "pacto de solidaridad intergeneracional" y se retrasa la edad de jubilación.
Reforma impuesta
Los sindicatos mayoritarios, CGIL, CISL y UIL, rechazan la reforma, pero su irritación se debe, sobre todo, a una cuestión de formas. Berlusconi no ha intentado siquiera buscar el consenso antes de enviar la ley al Parlamento, y ha utilizado medios públicos para defender lo que, en opinión de los sindicatos, no es más que un proyecto de partido o, a lo sumo, de coalición. Incluso el sindicato UGL, próximo al partido ultraderechista Alianza Nacional, coligado con la Forza Italia de Berlusconi, se ha sumado a la convocatoria de huelga.
La dirección de Alitalia anunció ayer que durante la jornada de hoy se cancelarían 155 vuelos, interiores y europeos, y estimó que unos 24.000 pasajeros se quedarían en tierra. Las oficinas de Correos deberían permanecer cerradas toda la jornada, y los ferrocarriles no funcionarán entre las nueve de la mañana y la una de la tarde, al igual que el metro y los autobuses urbanos. En tribunales y hospitales la huelga estaba convocada para toda la jornada, aunque con servicios mínimos. En los cines podrían suprimirse las dos últimas sesiones, y el teatro de la Scala de Milán ya anunció unos días atrás la cancelación de las funciones. Las escuelas públicas tenían previsto cerrar, pero el seguimiento podría ser desigual en las privadas. La repercusión de la huelga en el sector privado era ayer una incógnita, pero en medios sindicales se expresaba, de forma confidencial, un cierto pesimismo.