Análisis:COYUNTURA NACIONAL

Previsiones de otoño

El domingo 28 de septiembre comentaba las previsiones económicas contenidas en los Presupuestos Generales del Estado. En resumen, mi opinión era -y sigue siendo- que, excepto alguna cifra importante, como el crecimiento nominal del PIB, el cuadro macroeconómico para 2003 y 2004 era más creíble que el presentado el año anterior. Entramos en una nueva fase cíclica de expansión y, por tanto, las previsiones de los gobiernos se acercan más a la realidad que en las fases de recesión. Pero veamos qué opinan mis colegas, representados por el Panel de Previsiones compuesto por 14 instituciones a las q...

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El domingo 28 de septiembre comentaba las previsiones económicas contenidas en los Presupuestos Generales del Estado. En resumen, mi opinión era -y sigue siendo- que, excepto alguna cifra importante, como el crecimiento nominal del PIB, el cuadro macroeconómico para 2003 y 2004 era más creíble que el presentado el año anterior. Entramos en una nueva fase cíclica de expansión y, por tanto, las previsiones de los gobiernos se acercan más a la realidad que en las fases de recesión. Pero veamos qué opinan mis colegas, representados por el Panel de Previsiones compuesto por 14 instituciones a las que cada dos meses realiza la fundación FUNCAS una encuesta. Los datos fueron recogidos entre finales de septiembre y primeros de octubre.

Las familias no van a poder endeudarse mucho más para mantener el gasto en consumo y viviendas

Como se ve en el gráfico central, las previsiones de crecimiento de la demanda interna registran, por segundo mes consecutivo, una fuerte revisión al alza para 2003. Ello es consecuencia de los últimos datos de la Contabilidad Nacional, referidos al segundo trimestre, en los que se ponía de manifiesto un crecimiento notablemente superior al estimado anteriormente del consumo privado y público, una rápida recuperación de la inversión en equipos y un nuevo cambio de tendencia al alza de la construcción. Este mayor crecimiento de la demanda interna apenas se refleja, sin embargo, en el del PIB, que sólo se revisa al alza una décima, al 2,4% (el Gobierno calcula un 2,3%). La razón, obviamente, es que la contribución neta del comercio exterior de bienes y servicios al crecimiento del PIB es ahora más negativa, de ocho décimas porcentuales.

Probablemente en sucesivas encuestas sigan revisándose estas previsiones y dicha contribución reste más de un punto al crecimiento. Los datos de comercio exterior de julio conocidos esta semana van en esta dirección, pues las exportaciones, corregidas de factores estacionales, disminuyen respecto a los niveles del segundo trimestre, desacelerándose fuertemente su ritmo de crecimiento interanual, mientras que las importaciones se sitúan por encima y, aunque su tasa interanual también se reduce, lo hace en mucha menor medida. La balanza de pagos, por su parte, registra hasta julio un fuerte aumento del déficit por cuenta corriente. Es decir, durante este año nuestra economía va a crecer notablemente por debajo de su tasa tendencial de largo plazo y, además, ese crecimiento va a ser bastante desequilibrado. La apreciación de que las cosas van bien es porque en el resto de países europeos van peor, no por méritos propios.

Sin embargo, lo que interesa ahora es el próximo año. Para él, la media de las previsiones de crecimiento del PIB se mantiene estable en el 2,8% ya estimado en el pasado mes de marzo, situándose dos décimas por debajo de la previsión del Gobierno. La previsión más optimista es un 3,1% y la más pesimista, un 2,3%. El perfil de previsiones trimestrales marca una suave aceleración, a razón de una o dos décimas por trimestre, hasta el segundo de 2004, y se estabiliza posteriormente. Todo ello indica que algunos analistas no ven claro eso de la recuperación y que para la mayoría va a ser moderada. ¿Razones? Pues que las familias no van a poder endeudarse mucho más para mantener un ritmo de gasto en consumo y compra de viviendas acelerado, y que la apreciación del euro y el diferencial de inflación con el resto de países europeos les están poniendo las cosas difíciles a las empresas exportadoras.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).

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