La Ribot cierra en París su ciclo de 'piezas distinguidas'

La Ribot despide en París, en el Centro Georges Pompidou, 10 años de trabajo, las tres series de piezas distinguidas elaboradas en Madrid y Londres, entre 1993 y 2000, y que ahora se muestran por última vez agrupadas bajo la etiqueta Panoramix. "Son 34 piezas distintas. Ahora, cuando las veo juntas, me doy cuenta de que sí tienen mucho en común, que las tres series en que fueron concebidas, aunque cada una tenga una dominante, exploran todas la horizontalidad, el suelo, la caída. Y me visto y me desnudo muchas veces, como también se repite lo de tirar objetos", explica la bailari...

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La Ribot despide en París, en el Centro Georges Pompidou, 10 años de trabajo, las tres series de piezas distinguidas elaboradas en Madrid y Londres, entre 1993 y 2000, y que ahora se muestran por última vez agrupadas bajo la etiqueta Panoramix. "Son 34 piezas distintas. Ahora, cuando las veo juntas, me doy cuenta de que sí tienen mucho en común, que las tres series en que fueron concebidas, aunque cada una tenga una dominante, exploran todas la horizontalidad, el suelo, la caída. Y me visto y me desnudo muchas veces, como también se repite lo de tirar objetos", explica la bailarina y coreógrafa.

Y si París -como Londres, Ginebra y Madrid- ha querido ver Panoramix y rendir así homenaje a una francotiradora que ha llegado a inventarse un festival, Desviaciones, entre 1997 y 2002, para poder presentar lo que los programadores e instituciones oficiales marginan, ahora es la ciudad bretona de Brest la que le pide que les muestre por dónde va a ir su futuro. "El Centro Dramático de Brest, el Quarz, me invitó como artista residente. Para darme a conocer al público allí también les mostré las piezas distinguidas, pero ahora quiero hacer con ellos algo distinto, con la colaboración de bailarines o grupos de allí. Al proyecto le he puesto como nombre Los 40 espontáneos porque me digo que lo haré con 40 grupos distintos, en 40 sitios diferentes y que luego no quedará nada de cada espectáculo excepto la experiencia vivida por cada uno de los bailarines, que pueden ser estudiantes de danza o miembros de grupos no profesionales o, simplemente, gente que desee participar en el juego".

La Ribot habla de embarcar el grupo en la construcción y deconstrucción de una figura determinada. "Y una vez hayamos aprendido a hacerlo, entonces complicaremos la aventura, nos meteremos en una misión imposible, como recitar el Quijote al mismo tiempo que se hace ganchillo y se menea el culo". En cada ciudad los 40 espontáneos cambiarán. "El conjunto será como una constelación, como un cuadro de Miró, Miquel Navarro o Genovés, con miles de elementos esparcidos, una realidad que estalla y se dispersa".

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