Más de la mitad de los parados del mundo árabe son jóvenes
"Casi todos los países de Oriente Próximo y el norte de África experimentan altas tasas de desempleo que afectan sobre todo a los jóvenes, las personas con educación y las mujeres", señala el Banco Mundial en un informe difundido en las últimas horas que resume los datos y problemas económicos, sociales y políticos de la región.
En 2000, según el informe, la fuerza laboral ascendía a 104 millones de trabajadores, y la tasa de desempleo, al 15%, esto es, a unos 15,6 millones de personas. Dicho estudio advierte de que con esta cifra de paro, la región deberá crear entre 80 y 100 millones ...
"Casi todos los países de Oriente Próximo y el norte de África experimentan altas tasas de desempleo que afectan sobre todo a los jóvenes, las personas con educación y las mujeres", señala el Banco Mundial en un informe difundido en las últimas horas que resume los datos y problemas económicos, sociales y políticos de la región.
En 2000, según el informe, la fuerza laboral ascendía a 104 millones de trabajadores, y la tasa de desempleo, al 15%, esto es, a unos 15,6 millones de personas. Dicho estudio advierte de que con esta cifra de paro, la región deberá crear entre 80 y 100 millones de empleos en los próximos 20 años, el doble de los actualmente existentes.
Aunque el Banco Mundial se limita a exponer los datos, se pueden identificar a través de ellos algunas de las fuentes del terrorismo en esta región del mundo. "El paro en Oriente Próximo y el norte de África se concentra entre los jóvenes, cuyo desempleo supone desde un 37% del total de desocupados en Marruecos al 73% en Siria, con una media del 53% para todos los países con datos disponibles". Entre las cifras destaca que, excepto en Jordania y Líbano, los que buscan trabajo por primera vez suponen más del 50% de los desocupados. La falta de trabajo es más acusada -un 50% más elevada- entre la mujeres que en los hombres.
El estudio describe una región separada de la economía mundial. "Estos países constituyen una zona de las menos integradas, que no han obtenido ventaja del aumento de la inversión directa extranjera en las últimas dos décadas. El comercio, pese a las exportaciones de petróleo y gas, ha decrecido desde representar el 100% del producto interior bruto (PIB) a mediados de los años setenta al 60% a mediados de los años ochenta, y permanece estancado desde entonces", señala. Tampoco los flujos de capitales han sido relevantes. "Son débiles y están en contradicción con la experiencia de otros grupos de países", afirma el informe.