Reportaje:

Franco revive en 'Vich'

Els Joglars recrean la visita del caudillo a la capital de Osona para presentar '¡Buen viaje, Excelencia!'

El pasado más oscuro de España revivió ayer en Vic. La bandera española y pancartas con lemas como "viva España, "viva Franco" o "Franco, Vich te saluda" colgaban de balcones y presidían las calles para recibir con todos los honores al mismísmo general Francisco Franco, que llegaba a la ciudad en visita oficial. Tres coches de época escoltados por falangistas y guardias civiles con tricornios le esperaban a él, a su esposa, Carmen Polo, y a su comitiva de autoridades militares para recorrer los escasos metros que separan la estación de tren de la renombrada plaza del Generalísimo.

Así, ...

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El pasado más oscuro de España revivió ayer en Vic. La bandera española y pancartas con lemas como "viva España, "viva Franco" o "Franco, Vich te saluda" colgaban de balcones y presidían las calles para recibir con todos los honores al mismísmo general Francisco Franco, que llegaba a la ciudad en visita oficial. Tres coches de época escoltados por falangistas y guardias civiles con tricornios le esperaban a él, a su esposa, Carmen Polo, y a su comitiva de autoridades militares para recorrer los escasos metros que separan la estación de tren de la renombrada plaza del Generalísimo.

Así, 54 años después de su última visita oficial a Vic, el Generalísimo volvió a pisar la población que se conoce como la capital de la Cataluña catalana, aunque caracterizado por el actor Ramón Fontserè como el abuelo octogenario de sus últimos años. El motivo de la visita era la inminente llegada a las pantallas, el próximo 10 de octubre, de la película de Els Joglars ¡Buen viaje, Excelencia!, que dirige Albert Boadella, y la conmemoración de los 25 años del bisemanario El 9 Nou.

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La visita levantó una gran expectación. Centenares de personas se congregaron en la plaza para ver al caudillo. Muchos jóvenes, que nunca le conocieron en vida, pero también gente mayor que recordaba la dura etapa del franquismo y que quería contemplar esta parodia para resarcirse de años de sumisión. Pero esta vez muchas cosas habían cambiado.

Esta vez la gente no había sido obligada a ir a rendir homenaje a Franco como en las anteriores visitas. Los únicos vítores estaban enlatados y, salvo los figurantes, nadie se atrevió a corear el "¡viva España!" y el "¡viva Franco!" que culminaban los discursos. Franco tuvo que oír, seguramente por primera vez en su vida, silbidos e insultos contra su persona y ver ondear en algunos balcones la senyera. Muchas personas acudieron con sus cámaras para filmar y fotografiar al caudillo, algo sin precedentes ya que en las visitas de Franco no se podían sacar imágenes.

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Las corales de Vic cantaron una clásica del franquismo, Isabel y Fernando, que algunos de los asistentes tararearon recordando épocas pasadas, y el Virolai. Los Sagals de Osona construyeron un pilar de quatre y los gigantes y cabezudos bailaron para el caudillo. Después llegó el momento más esperado: el parlamento de Franco.

Con aspecto cansado y necesitado de ayuda, Franco se colocó ante el micrófono para pronunciar con voz débil y repeticiones un discurso en el que alabó la unidad inquebrantable de la patria y la vocación de servicio del régimen. También otorgó a los vicenses, como muestra de la diversidad del país, la posibilidad de hablar catalán en la más estricta intimidad.

Ante el desespero de los afines al régimen, el caudillo desfalleció después del último "¡viva Franco!". La guardia mora se lo llevó a la vez que el locutor del acto anunciaba que Franco se dirigía al Valle de los Caídos a inaugurar su propia lápida. El caudillo se perdió en el aire en un globo donde se leía el título de la primera película de Els Joglars: ¡Buen viaje, Excelencia!

El filme recoge los dos últimos años de vida del dictador, un largo periodo de agonía física que también sufrió la sociedad, que esperaba impaciente aunque mayoritariamente inactiva la lenta muerte de Franco para proclamar el fin de la dictadura. Dos conceptos que el polémico Albert Boadella, autor y director de la película, traza con la ironía y el humor característicos de la compañía Els Joglars.

Boadella, con uniforme falangista y el bigote característico de la época, apelaba ayer en Vic a la necesidad de hablar del pasado y especialmente del franquismo "porque la gente tiene que saber qué pasó, especialmente los jóvenes que no lo vivieron". Jóvenes y no tan jóvenes podrán revivirlo a partir del 10 de octubre en el cine.

Ramon Fontserè, caracterizado como Franco, durante la recreación de la visita del caudillo a Vic con la que Els Joglars presentaron su filme.CARLES RIBAS

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