LA POSGUERRA DE IRAK | Los problemas del despliegue

EE UU sólo puede mantener el despliegue militar actual en Irak hasta marzo

Un informe del Congreso concluye que ese mes se acaba el dinero y la rotación de soldados

Ni el dinero presupuestado es suficiente ni el Pentágono tiene bastantes soldados como para mantener por mucho tiempo el despliegue actual en Irak, que ronda los 150.000 efectivos. Un informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso ha alertado sobre el coste de una ocupación que es mucho más complicada de lo que había vaticinado la Casa Blanca. El dinero para la guerra se acaba el próximo mes de marzo, que es también el momento en el que el Pentágono agota las posibilidades de rotación de soldados para cubrir los casi 150.000 puestos que mantiene en Irak.

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Ni el dinero presupuestado es suficiente ni el Pentágono tiene bastantes soldados como para mantener por mucho tiempo el despliegue actual en Irak, que ronda los 150.000 efectivos. Un informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso ha alertado sobre el coste de una ocupación que es mucho más complicada de lo que había vaticinado la Casa Blanca. El dinero para la guerra se acaba el próximo mes de marzo, que es también el momento en el que el Pentágono agota las posibilidades de rotación de soldados para cubrir los casi 150.000 puestos que mantiene en Irak.

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EE UU sólo podrá mantener el nivel actual de despliegue si transfiere a Irak soldados destinados a otros lugares del mundo, como Bosnia o Kosovo. El documento coincide con el regreso de Washington a la ONU en busca de ayuda y con críticas crecientes en el Capitolio sobre la falta de preparación de la invasión de Irak.

Dado que la situación en ese país está lejos de mejorar, el documento de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) se convierte en una llamada de alarma y, por encima de todo, en una demostración de que los planes de invasión nunca contemplaron que la posguerra sería tan violenta.

Según el informe, existen sólo tres posibilidades. Si EE UU quiere mantener su presencia militar en otros países del mundo, la reducción de tropas en Irak debería comenzar inmediatamente. Los cerca de 150.000 soldados desplegados en ese país (y 30.000 más en la zona) quedarían reducidos el próximo año a una cifra que oscilaría entre 40.000 y 60.000. En ese caso, el coste del despliegue anual no superaría los 12.000 millones de dólares anuales.

Si EE UU sólo reduce la presencia actual a 100.000 soldados, el presupuesto comenzaría a escaparse; los cálculos de la CBO (que trabaja con independencia política del Congreso) adelantan un coste de 20.000 millones de dólares anuales.

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El tercer escenario, que es al que EE UU puede estar condenado si no consigue la colaboración internacional que ahora busca en la ONU, obligaría a crear nuevas unidades del Ejército, movilizar a la Guardia Nacional y abandonar otras misiones en el extranjero para mantener la presencia militar masiva que ahora trata de ganar el control en Irak. Esa opción puede llegar a costar 29.000 millones de dólares al año, y sólo permitiría un máximo de 129.000 soldados en la zona.

Con estos parámetros, el informe concluye con la certeza de que el Pentágono "no tiene suficientes fuerzas para mantener una ocupación del tamaño actual". No se podrá tampoco garantizar que el máximo tiempo de destino de los soldados sea un año, ni se podrá mantener la presencia actual en otros lugares del mundo, especialmente Bosnia y Kosovo. Según el documento, "una fuerza de ocupación como la actual no se puede mantener más allá de marzo de 2004".

El Congreso aprobó en abril un presupuesto de 80.000 millones de dólares para las operaciones en Irak y Afganistán; la Casa Blanca estudia pedir un complemento presupuestario en los próximos meses en vista de las complicaciones sobre el terreno. Las cifras han creado una corriente de alarma política que está detrás de la decisión de George W. Bush de acudir nuevamente a la ONU para tratar de buscar ayuda. "Cada día que desperdicia el Gobierno, cada mes que pasa sin ayuda de nuestras amigos y aliados", ha dicho el senador Robert Byrd, "significa más miles de millones de dólares que pagan los contribuyentes por la ocupación de Irak".

La semana próxima comienza en el Capitolio el escrutinio político a la planificación de la guerra o a la falta de ella. Los congresistas John Spratt e Ike Skelton, los demócratas de mayor rango en los comités de Presupuesto y Servicios Armados, han pedido la comparecencia de algún representante de la Oficina Presupuestaria de la Casa Blanca para que desglose los gastos reales de la guerra contra Irak. No han recibido ninguna respuesta. El Pentágono también ha declinado una invitación para interpretar en los comités el último informe de la CBO.

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