Reportaje:ARDE CATALUÑA

Después del fuego, el miedo al agua

Los alcaldes del Vallès exigen ayudas para evitar inundaciones en la zona quemada

Con el incendio del Vallès Occidental y del Bages casi extinguido, los alcaldes de los siete municipios afectados por las llamas se reunieron ayer con el conseller en cap, Artur Mas, para explicarle cuáles deben ser las prioridades a partir de ahora si se quieren evitar nuevas desgracias. El fuego sigue preocupando, pero los lugareños ya piensan en lo que vendrá dentro de unas semanas: la lluvia. Y temen que si no se actúa urgentemente en el bosque quemado, el agua, cuando llegue, causará más estragos.

En la mente de los habitantes del Vallès están las graves inundaciones de octu...

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Con el incendio del Vallès Occidental y del Bages casi extinguido, los alcaldes de los siete municipios afectados por las llamas se reunieron ayer con el conseller en cap, Artur Mas, para explicarle cuáles deben ser las prioridades a partir de ahora si se quieren evitar nuevas desgracias. El fuego sigue preocupando, pero los lugareños ya piensan en lo que vendrá dentro de unas semanas: la lluvia. Y temen que si no se actúa urgentemente en el bosque quemado, el agua, cuando llegue, causará más estragos.

En la mente de los habitantes del Vallès están las graves inundaciones de octubre de 1994, tras los grandes incendios del Bages y de Sant Miquel del Fai. En aquella ocasión fallecieron hasta cuatro personas arrastradas por las riadas, una de ellas en la zona del Vallès. Igual que en aquella ocasión, los lechos de los ríos y rieras han quedado llenos de troncos y otros elementos que pueden obstaculizar el paso del agua en caso de lluvias torrenciales. Además, la falta de vegetación impedirá que el agua de la lluvia sea absorbida por la masa vegetal y la precipitará a toda velocidad hacia los ríos.

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Artur Mas, tras la entrevista con los alcaldes, admitió que limpiar el lecho de los ríos debe ser la "máxima prioridad". Lo afirmó antes de prometer un alud de proyectos para salvar de la crisis una zona que en los últimos 10 años había abandonado sus actividades económicas tradicionales para volcarse en el turismo rural. Ahora, sin apenas bosque, será difícil que los visitantes vuelvan allí, al menos a corto plazo. Por esta razón, Mas prometió que a medio plazo se abrirá una planta de biocombustión, que servirá para producir energía eléctrica a base de quemar la madera de los árboles afectados por el incendio. Mas no concretó, sin embargo, si esta planta se instalará en la zona afectada por el incendio.

Otro de los proyectos que ayer avanzó el Gobierno catalán fue la concesión de ayudas para los empresarios que hayan visto afectado su negocio por las llamas. "Nos consta que no hay muchos negocios perjudicados directamente, pero podemos garantizar que tendrán la ayuda de la Administración".

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Pero los alcaldes de la zona afectada por el incendio temen que las palabras de ayer se queden sólo en proyectos, por lo que solicitaron continuar teniendo un contacto directo con la Generalitat para concretar estas actuaciones. Martí Perich, alcalde de Mura, afirmó, a la salida de la reunión, que "hay que cambiar muchas cosas". "En los años setenta los bosques ya estaban mal y tuvimos graves incendios. Ahora la situación es todavía peor, y si no lo mejoramos volveremos a sufrir", afirmó.

Quien también prometió ayudas, aunque sin concreción de ningún tipo, fue el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, que ayer visitó la zona por primera vez desde el inicio de la tragedia. Piqué dejó entreabierta la puerta para que el área afectada pueda ser declarada zona catastrófica. Los alcaldes, sin embargo, no lo ven claro, ya que esta inconcreta ayuda les impediría obtener las de otras administraciones y por otros conceptos.

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