Portugal deja en libertad bajo fianza al patrón de Isla Cristina

El Tribunal de Justicia de la localidad portuguesa de Évora ordenó ayer la puesta en libertad del pescador de Isla Cristina Agustín García, que deberá abonar una fianza de 2.500 euros. El patrón está acusado de los delitos de coacción, desobediencia y agresión a las autoridades, supuestamente cometidos el 8 de mayo tras el abordaje policial de la embarcación en aguas portuguesas. Los jueces lusos aún no han fijado fecha alguna para la celebración de los correspondientes juicios.

García fue trasladado hace un mes desde la prisión de Faro hasta la Unidad de Psiquiatría de la cárcel de Lis...

El Tribunal de Justicia de la localidad portuguesa de Évora ordenó ayer la puesta en libertad del pescador de Isla Cristina Agustín García, que deberá abonar una fianza de 2.500 euros. El patrón está acusado de los delitos de coacción, desobediencia y agresión a las autoridades, supuestamente cometidos el 8 de mayo tras el abordaje policial de la embarcación en aguas portuguesas. Los jueces lusos aún no han fijado fecha alguna para la celebración de los correspondientes juicios.

García fue trasladado hace un mes desde la prisión de Faro hasta la Unidad de Psiquiatría de la cárcel de Lisboa tras haber padecido varias crisis nerviosas como consecuencia del encierro. El pescador admitió desde el primer momento que faenaba en la parte portuguesa de la desembocadura del Guadiana. Lo que negó y niega García es haber agredido a los militares que abordaron El Ladrillo. Precisamente esas supuestas agresiones a la autoridad son las que llevaron al encierro preventivo de García, ya que la pesca sin licencia es una falta administrativa que conlleva únicamente una sanción económica.

El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Isla Cristina (Huelva), Mariano García, pidió ayer una mayor coordinación entre las administraciones española y portuguesa para que no se vuelvan a repetir casos como el de García, informa Europa Press. Los pescadores se quejan del presunto maltrato y del prolongado encierro de García cuando todo tenía que haberse limitado a una multa.