La represión de Castro, objeto de estudio de una revista cubana

"Fidel Castro reprimió con una dureza extrema a la disidencia interna, matando a tres personas por medio de procesos sumarísimos en los que se acusó a los ajusticiados de alta traición a la patria por intentar abandonar la isla", señaló en Madrid Luis Manuel García,

jefe de redacción de la revista,Encuentro de la cultura cubana, en cuyo último ejemplar se dedica un especial a los casos de represión en Cuba, agravada con ocasión del comienzo de la guerra de Irak. El informe de la revista trimestral y editada en España, es cronológico y aséptico y narra los últimos episodios...

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"Fidel Castro reprimió con una dureza extrema a la disidencia interna, matando a tres personas por medio de procesos sumarísimos en los que se acusó a los ajusticiados de alta traición a la patria por intentar abandonar la isla", señaló en Madrid Luis Manuel García,

jefe de redacción de la revista,Encuentro de la cultura cubana, en cuyo último ejemplar se dedica un especial a los casos de represión en Cuba, agravada con ocasión del comienzo de la guerra de Irak. El informe de la revista trimestral y editada en España, es cronológico y aséptico y narra los últimos episodios del régimen castrista.

"Además", continúa García "se condenó a 75 personas a durísimas penas de prisión por pensar distinto". "Como consecuencia", agrega, "se ha producido un divorcio con la intelectualidad de izquierdas europea, que siempre había mantenido una complicidad con un régimen al que le vinculaban añejos afectos".

"Sin embargo, la desproporción de las medidas adoptadas por Castro ha sacado a la luz lo tiránico del régimen, cada vez más aislado de la realidad y viendo, cual paranoico, enemigos por doquier: todo aquel que no comulga con su fracasada doctrina", señala García. "La miseria de los habitantes de Cuba y su opresión han saltado a la palestra internacional. Catalizador de este punto de inflexión ha sido la crudeza con la que se ha reprimido a la disidencia aprovechando un momento en que la atención muncial se focalizaba en el derrocamiento de Sadam", sostiene García, que continúa afirmando que "a Castro lo que en realidad le dolía era el éxito del Proyecto Varela, esto es, la obtención de más de 11.000 firmas de cubanos liderados por Oswaldo Payá, que, jugándose literalmente el tipo, suscribieron su apoyo a un giro en el régimen, previsto en la propia Constitución cubana, de uno dictatorial a otro democrático; a lo que Castro respondió decretando la inderogabilidad del sistema actual".

Embargo de EE UU

José Saramago, Mario Benedetti y otras autoridades intelectuales "han roto con el tirano, y ya sólo resta para sustentar éticamente al régimen el embargo estadounidense", dice un convencido García, el cual estima que EE UU incurre en un error garrafal "por cuanto confiere cierta legitimidad y orgullo patriótico, a ojos de los cubanos, a la pobreza con la que conviven". García, ve entre Bush y Castro ciertos guiños cómplices: EE UU siente pánico ante la posibilidad de un desmoronamiento del régimen, que se traduciría en una emigración masiva hacia su país, y Castro cumple al hacerles saber que se basta para evitar tal desplome. "En el plano económico la asfixia roza lo patológico".

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