Aznar se muestra despectivo con la revisión del Pacto de Estabilidad

"El pequeño detalle que le faltaba a la economía europea es cuestionar el Pacto de Estabilidad". El presidente del Gobierno, José María Aznar, repitió ayer dos veces esta frase para manifestarse en términos claramente despectivos hacia la revisión que promueven países como Francia, Italia o Alemania de los compromisos macroeconómicos básicos de la Unión Europea.

El presidente del Gobierno hizo esta declaración durante la conferencia de prensa que celebró en La Moncloa con el primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern, que asumirá la presidencia de la UE en enero próximo. Ahern expuso que ...

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"El pequeño detalle que le faltaba a la economía europea es cuestionar el Pacto de Estabilidad". El presidente del Gobierno, José María Aznar, repitió ayer dos veces esta frase para manifestarse en términos claramente despectivos hacia la revisión que promueven países como Francia, Italia o Alemania de los compromisos macroeconómicos básicos de la Unión Europea.

El presidente del Gobierno hizo esta declaración durante la conferencia de prensa que celebró en La Moncloa con el primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern, que asumirá la presidencia de la UE en enero próximo. Ahern expuso que la posición oficial de su Gobierno es favorable a la introduccción de algunas "rectificaciones, pero siempre bajo estricto control", cuando haya déficits estructurales y la necesidad de crecer lo aconseje.

"Por si no hay ya problemas de crecimiento y para hacer reformas, el último detalle que faltaba es cuestionar el pacto", insistió Aznar en un tono mucho más rígido.

Para el presidente del Gobierno, "el pacto ya es en sí mismo flexible" dentro de los límites que el propio compromiso establece, y, si se sobrepasan esos límites, sería como pretender tener una capacidad ilimitada de déficit. "Cualquier pacto sería inútil", concluyó.

Aznar y Ahern se mostraron, en cambio, plenamente de acuerdo en la necesidad de dar un nuevo impulso al llamado proceso de Lisboa, el plan de liberalización y modernización de la economía europea, en cuya promoción han destacado el Reino Unido y Portugal junto a España. El irlandés prometió centrar en ese tema mucho del interés de su presidencia europea, con un empeño similar de impulsarlo al que España puso en la primavera de 2002 en el Consejo Europeo de Barcelona.

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