Cierval aconseja invertir en países candidatos a la UE ante la debilidad de Alemania

Las ayudas oficiales desaparecerán con la entrada de los aspirantes en la Unión Europea

La ocasión que se presenta a los industriales españoles para ocupar posiciones estratégicas en países como Polonia, República Checa o Hungría ante la aparente atonía de la economía alemana, el poderoso vecino de la mayoría de los países candidatos a la ampliación de la Unión Europea, adquirió forma ayer en el curso de una jornada convocada por Cierval para analizar los retos empresariales que plantea la nueva Europa. Tanto como la llamada a aprovechar las ayudas oficiales a la inversión que están condenadas a desaparecer cuando la integración sea efectiva.

Manuel Solbes, ejecutivo de Co...

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La ocasión que se presenta a los industriales españoles para ocupar posiciones estratégicas en países como Polonia, República Checa o Hungría ante la aparente atonía de la economía alemana, el poderoso vecino de la mayoría de los países candidatos a la ampliación de la Unión Europea, adquirió forma ayer en el curso de una jornada convocada por Cierval para analizar los retos empresariales que plantea la nueva Europa. Tanto como la llamada a aprovechar las ayudas oficiales a la inversión que están condenadas a desaparecer cuando la integración sea efectiva.

Manuel Solbes, ejecutivo de Cofides, empresa semipública que financia inversiones empresariales en el exterior, subrayó la impresionante caída de la inversión directa en el exterior registrada en todo el mundo desde 2000, para realzar el ligero pero sostenido aumento del flujo de capital hacia los países de la ampliación, una prueba de su situación estratégica. Solbes alertó a los sectores que concentran muchas ventas en el exterior sobre la volatilidad de los distribuidores locales y apuntó la importancia de contar con "almacenes, redes comerciales o centros productivos" en los países compradores. Citó expresamente a los fabricantes de cerámicas (93% de la producción nacional se concentra en Castellón); calzado (66% en Alicante); mueble (31% en Valencia y Castellón); juguete (15% en Alicante); o piedra natural (13% en Alicante). "Las empresas de esos sectores harían bien complicándose la vida en el exterior para mantener sus tasas actuales de actividad" sentenció.

Como remate, Solbes recordó que la libre competencia que inspira la UE impide a las empresas disfrutar de ayudas oficiales, de modo que el apoyo institucional a las inversiones en los países de la ampliación desaparecerá en 2004 o 2005, cuando los aspirantes sean socios.

José Manuel Méndez, delegado de CESCE, otra empresa semipública que asegura créditos a la exportación, presentó los riesgos y puntos fuertes que estima la entidad cuando analiza operaciones en cada uno de los diez países de la ampliación.

Polonia, un destino en apariencia apetitoso por su tamaño y proximidad a Alemania, crece poco, tiene una tasa de paro del 20%, una situación política inestable y un sector público que genera el 30% del PIB, según el delegado de CESCE. Hungría, por contra, tiene un sistema financiero muy desarrollado, una situación política estable y un sector público que representa el 20% del PIB. República Checa atraviesa un periodo de reformas estructurales interesante y disfruta de un sistema productivo muy diversificado. Estonia ofrece muchas más garantías, siempre según Méndez, que Letonia o Lituania. Y Eslovaquia constituye "la gran oportunidad". Como conclusión general, Méndez aseguró que "la política de cobertura de CESCE en los países de la ampliación es equivalente a la que se aplica en la UE o en los países de la OCDE".

Rafael Ferrando, presidente de Cierval, instó la aventura empresarial en la apertura de las jornadas y aludió a la "excelente oportunidad" presente "para potenciar actividades comerciales e inversiones directas" en los países de la ampliación.

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Pero fue el abogado Jaime Fuster quien definió el calado del reto: "Hay una oportunidad importante para las empresas españolas porque Alemania no está en su mejor momento".

Buenos pagadores

"Polonia, República Checa y Hungría son mejores pagadores que Italia y Alemania". Jaime Fuster, representante de un bufete de abogados con oficinas en Praga y Varsovia, fue tajante. A partir de la experiencia en la reclamación de deudas comerciales a socios extranjeros, el abogado aseguró que los procedimientos de conciliación directa con el deudor previstos en la legislación polaca -la única que abordó con cierto detalle por falta de tiempo- resultan mucho más eficaces que los pleitos habituales en muchos países que ya son miembros de la Unión Europea.

La experiencia directa del fabricante de muebles Ramón Puchades, quien consideró "interesante" establecerse en Polonia y Hungría hace cuatro años para evitar la dependencia de los distribuidores locales, es otra. Puchades subrayó la calidad del trato humano que siempre ha recibido en ambos países. Explicó que, inicialmente, cedió a sus socios locales la gestión de las dos empresas conjuntas que constituyó en Polonía y Hungría. Pero confesó que se vio obligado a asumir el control total de ambas sociedades ante lo abultado de los gastos y la falta de resultados.

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