El futuro del 'Hubble', a revisión

El telescopio espacial Hubble debe seguir en funcionamiento hasta 2010 y el año siguiente debería tomar el relevo en órbita su sucesor, el James Webb Space Telescope (JWST). Pero ¿qué pasará si este último se retrasa? ¿Y como hacer la transición de un observatorio a otro garantizando su mejor explotación científica? ¿Es correcta y suficientemente flexible la planificación de las imprescindibles misiones de revisión y actualización del Hubble que hacen los astronautas? ¿Y si estas misiones se ven recortadas por dificultades en el programa de los transbordadores espaciales?

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El telescopio espacial Hubble debe seguir en funcionamiento hasta 2010 y el año siguiente debería tomar el relevo en órbita su sucesor, el James Webb Space Telescope (JWST). Pero ¿qué pasará si este último se retrasa? ¿Y como hacer la transición de un observatorio a otro garantizando su mejor explotación científica? ¿Es correcta y suficientemente flexible la planificación de las imprescindibles misiones de revisión y actualización del Hubble que hacen los astronautas? ¿Y si estas misiones se ven recortadas por dificultades en el programa de los transbordadores espaciales?

Para contestar a estas preguntas y tener un panorama realista de la explotación científica del telescopio espacial hasta la llegada de su descendiente, la NASA ha encargado a un comité de sabios que estudien el futuro del Hubble. Preside dicho comité el astrofísico estadounidense John Bahcall, del Instituto de Estudios Avanzados y uno de los padres del telescopio. Con él han recibido el encargo Barry Barish (Caltech), Christopher McKee (Universidad de California, en Berkeley), Martin Rees (Universidad de Cambridge, Reino Unido) y Charles Townes (Universidad de California, en Berkeley).

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El comité recabará la opinión de la comunidad científica y de otros expertos, y tiene de plazo hasta octubre próximo para presentar su diagnóstico y conclusiones.

En 2010, el Hubble habrá cumplido 20 años de servicio desde su puesta en órbita y todavía no se ha decidido qué se hará con él cuando deje de funcionar. Una opción sería traerlo a la Tierra para exponerlo en el Smithsonian National Air and Space Museum, en Washington. Otra posibilidad, más barata y más fácil, sería elevarlo a una órbita más alta que la suya, una órbita aparcamiento, para evitar que caiga a la Tierra.

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