Un virus paraliza la locomotora china

Desplome del turismo, que facturó 61.300 millones de euros en 2002, y suspensión de desplazamientos empresariales

Cuando en noviembre, al finalizar el XVI Congreso del Partido Comunista, los nuevos dirigentes se pusieron a los mandos de la locomotora china, no podían imaginar que ese mismo mes un patógeno invisible, un virus desconocido, iba a cruzarse en su camino y asestar un duro golpe a lo que parecía el avance imparable de su economía. El coronavirus, causante de la neumonía asiática, está hundiendo el turismo, suspendiendo ferias, anulando viajes de negocios y, según algunos bancos de inversión, dará un buen pellizco al previsto 7% de crecimiento del PIB.

Tras décadas de crecimiento meteórico...

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Cuando en noviembre, al finalizar el XVI Congreso del Partido Comunista, los nuevos dirigentes se pusieron a los mandos de la locomotora china, no podían imaginar que ese mismo mes un patógeno invisible, un virus desconocido, iba a cruzarse en su camino y asestar un duro golpe a lo que parecía el avance imparable de su economía. El coronavirus, causante de la neumonía asiática, está hundiendo el turismo, suspendiendo ferias, anulando viajes de negocios y, según algunos bancos de inversión, dará un buen pellizco al previsto 7% de crecimiento del PIB.

Los bancos de negocios reducen drásticamente sus previsiones de crecimiento para esta economía, que aumentó un 8% en 2002

Tras décadas de crecimiento meteórico y afán inversor, Pekín se ha encontrado con un enemigo insospechado que amenaza con interrumpir el afán desarrollista y de estabilidad que ha marcado la política china desde que en 1978 Deng Xiaoping lanzó el proceso de reforma y apertura. ¿Conoce el lector a algún empresario que tenga negocios en China y esté dispuesto a desafiar la neumonía atípica? Pregúntele si ha estado en este país en las últimas semanas o piensa hacerlo en las próximas. La respuesta es sencilla. "Los que están fuera lo tienen claro, no vienen, y menos después de las recomendaciones del Ministerio de Sanidad", dice José Luis Riera, director de la oficina en Pekín del Ivex, el organismo de promoción de exportación de la Generalitat Valenciana. Y como Riera, todos los empresarios consultados responden lo mismo: "Hemos cancelado los viajes desde España a la espera de ver cómo evoluciona la situación". Y como los empresarios españoles, los de otros países.

He aquí uno de los principales motivos que la semana pasada decidieron al Gobierno chino a hacer frente a las críticas internacionales y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que le acusaban de ocultar el verdadero alcance de la enfermedad, y a lanzar una batalla sin cuartel contra la neumonía a escala nacional. El primer caso del denominado síndrome respiratorio agudo grave (SARS en sus siglas en inglés) se detectó en la provincia sureña de Guangdong en noviembre, de donde se sospecha que saltó a Hong Kong y de ahí al resto del mundo.

Clausura de ferias

Una de las cosas que menos gusta al mundo empresarial es la ambigüedad, el no saber qué va a ocurrir. Y esta incertidumbre ante una enfermedad desconocida y de alcance aún imprevisto es la que está asestando un duro golpe a los negocios en China. Una de las últimas víctimas ha sido el Salón del Automóvil de Shanghai, una de las ferias de lujo en este país que despierta al placer del motor, que decidió clausurar sus puertas tres días antes de la fecha prevista (hoy, domingo). "El cierre anticipado se debe a la decisión del gobierno municipal de limitar las concentraciones de un gran número de gente", dijo un portavoz de la organización.

No ha sido el único evento afectado. Pese a que los medios de comunicación chinos han mostrado imágenes de algunos certámenes en los que se veía a expositores extranjeros sin mascarilla, muchos han acortado su duración o han sido suspendidos, como en Pekín.

Uno de los sectores que más están sufriendo es el turístico. La gente cancela viajes por temor a contagiarse en el tren, el avión o el autobús. Máxime después de que el Gobierno haya prohibido esta semana los desplazamientos interregionales de grupos turísticos y aquellos con origen y destino en las zonas golpeadas por el virus. Además, ha pedido que los circuitos eviten las zonas rurales, donde la propagación de la neumonía supondría un problema adicional, dadas las precarias redes hospitalarias existentes en el campo, que acoge al 70% de la población.

Con objeto de evitar los largos viajes, las autoridades han recortado la duración de la semana de vacaciones del 1 de mayo, Día del Trabajo, de siete días a cinco. Según Travelsky Technology, el mayor proveedor de sistemas de reserva en China continental, las ventas para este periodo han caído ya un 40%. En 2002 viajaron más de setenta millones de personas durante estas fiestas, que gastaron 28.000 millones de yuanes (3.100 millones de euros). Los hoteles internacionales en Pekín registran ocupaciones del 25%, frente al 85% habitual estos días.

Según Zhao Mei, analista de Xiangcai Securities, "el impacto de la neumonía en el sector del turismo crecerá en los próximos meses y podría reducir en un 40% en 2003 sus ingresos". Este sector movió el año pasado 555.600 millones de yuanes (61.300 millones de euros) y aportó 20.400 millones de dólares en divisas.

"No va a ser una crisis rápida. Va a afectar mucho. Sobre todo, porque los negocios con los chinos hay que hacerlos aquí, en China. Es preocupante", dice Riera. "El otro día teníamos una reunión con un organismo que se encarga de llevar empresarios a España, y nos dijeron, por miedo al SARS, que mejor hacíamos la reunión por teléfono". Aseguran los empresarios que el efecto del virus se va notar en un tiempo, sobre todo en el tercer cuatrimestre.

Otros son menos pesimistas. "Yo creo que algunas medidas son exageradas, porque las consecuencias económicas están siendo tremendas", dice un directivo español con larga tradición en China. "Este año será malo. Pero los chinos tienen una gran capacidad de superación, y la actual dirección está muy preparada, más que en algunos países occidentales. Supieron vadear la crisis asiática del 97, y podrían salir reforzados de ésta".

Peor en Hong Kong

En Hong Kong, el efecto aún es más grave, dada la mayor incidencia de la infección y la dependencia de la ex colonia del turismo y la actividad internacional. Cathay Pacific, su principal línea aérea, ha cancelado el 45% de los vuelos y ha anunciado que podría recortar el dividendo correspondiente a 2002, como consecuencia de la peor crisis que ha vivido en sus 57 años de historia.

Los bancos de negocios ya están revisando sus previsiones de crecimiento para la economía china, que aumentó un 8% en 2002 y un 9,9% en el primer trimestre. Salomon Smith Barney la ha reducido para 2003, del 7,6% al 7,3%, y Citigroup, del 7,6% al 6,7%. El Banco Mundial redujo esta semana la estimación para Asia Oriental, excluido Japón, del 5,5% al 5%. Pero todo dependerá de cómo evolucione la enfermedad.

La incidencia de la epidemia de neumonía en el sector empresarial chino empieza a ser dramática.AP

Parapetados en el teléfono y el correo electrónico

Las empresas extranjeras que trabajan en China están tomando medidas para hacer frente a la neumonía asiática. Un ejemplo es el BBVA. Su oficina en Pekín ha cerrado las puertas esta semana y sus cuatro empleados trabajan desde sus respectivas casas. "Hemos puesto en marcha un plan de contingencia para que, en caso de que alguno de nosotros caiga enfermo o se produzca una cuarentena, no nos pille a todos", explica Ramón Gascón, representante del banco en China. "Hemos desviado los teléfonos, y con el correo electrónico podemos trabajar". Lo mismo han hecho otros bancos.

Algunas compañías hacen turnos y van rotando a la gente que trabaja desde su domicilio. Esto evita que, llegado el caso, si alguien resulta infectado, toda la plantilla se vea sometida a observación y se paralice la empresa. Una medida que ha cobrado aún más sentido después de que el Gobierno haya anunciado esta semana que aislará todo edifico en el que se registren casos de SARS. China Netcom y Sohu.com son algunas de las empresas que han permitido a sus empleados trabajar en sus viviendas.

Algunas multinacionales, como la singapureña Flextronics, de electrónica, han restringido los viajes y piden a los empleados que regresan de un viaje a Asia que no vayan a trabajar durante 10 días, el periodo de incubación del virus. La Cámara Oficial de Comercio de España en China ha aconsejado "posponer en la medida de lo posible viajar a las zonas afectadas".

Gascón asegura que la crisis está afectando el día a día. "Teníamos previsto un seminario con directivos chinos en España y ha sido cancelado. Y reuniones, mantenemos las precisas. Pero, bueno, hay que adaptarse, y esto es lo que hay ahora". Y las familias de algunos expatriados están regresando a sus países. "El trato ha cambiado", dice José Luis Riera, del Ivex. "La gente no te quiere recibir. Al edificio donde están nuestras oficinas viene menos gente a trabajar". Él sigue yendo, pero en vez de hacerlo en metro, lo hace andando. Un paseo de 45 minutos.

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