Pacifistas entregan un jamón a El Corte Inglés para desmarcarse de las protestas incívicas

Los pacifistas acampados en tres emplazamientos de Barcelona quieren lavar la imagen del movimiento antibélico con un acto simbólico: hoy entregarán a El Corte Inglés un jamón para reparar el hurto cometido por un grupo de violentos el pasado día 26 de marzo. Con esta acción protenden desmarcarse de las protestas incívicas efectuadas por grupos minoritarios. Mientras tanto, los sindicatos de profesores y estudiantes se sumaron ayer a un paro de dos horas convocado para el día 10.

Los estudiantes que están acampados en la plaza de Francesc Macià, en el Pla del Palau y en la plaza de Sant...

Los pacifistas acampados en tres emplazamientos de Barcelona quieren lavar la imagen del movimiento antibélico con un acto simbólico: hoy entregarán a El Corte Inglés un jamón para reparar el hurto cometido por un grupo de violentos el pasado día 26 de marzo. Con esta acción protenden desmarcarse de las protestas incívicas efectuadas por grupos minoritarios. Mientras tanto, los sindicatos de profesores y estudiantes se sumaron ayer a un paro de dos horas convocado para el día 10.

Los estudiantes que están acampados en la plaza de Francesc Macià, en el Pla del Palau y en la plaza de Sant Jaume acordaron ayer entregar un jamón a El Corte Inglés, pero no se limitarán a este acto de desagravio por la actuación de una decena de jóvenes violentos durante la manifestación estudiantil. Después de entregar el jamón, se instalarán, según acordaron ayer, alrededor de los grandes almacenes e iniciarán una jornada de ayuno en contra de las "injusticias del sistema capitalista".

La movilización antibelicista se desplazó ayer a un nuevo escenario: la avenida de la Catedral. Una maqueta de 64 metros cuadrados situada junto al Colegio de Arquitectos reproducía la ciudad con todos sus elementos más característicos: la Sagrada Familia, la torre Mapfre, el puerto, La Rambla, y decenas de manzanas del Ensanche, entre otros.

Sobre las 20.15 horas, una multitud aguantaba la respiración ante el sonido pregrabado de sirenas, gritos, sollozos y petardos que, incrustados en la ciudad, la hicieron saltar por los aires y la sumieron en llamas, hasta el punto de que los organizadores, estudiantes de la Escuela de Arquitectura del Vallès, tuvieron que usar el extintor en más de una ocasión. Tras las explosiones y un espeso humo de color rojo, amarillo y blanco, los atónitos espectadores escucharon silenciosos el Réquiem de Mozart hasta irrumpir en aplausos y gritos de "no a la guerra".

Paro en el sector educativo

A esta iniciativa de los estudiantes, principales protagonistas de las movilizaciones contra el conflicto, debe sumarse además la convocatoria al paro ciudadano y a la manifestación que se celebrará el próximo día 10. Representantes del Sindicato de Estudiantes de Cataluña (SEC), de la Asociación de Jóvenes Estudiantes de Cataluña (AJEC), los sindicatos USTEC y UGT,-mayoritarios entre los docentes de los centros públicos y privados, respectivamente-, se sumaron a la iniciativa y anunciaron ayer que calculan que el seguimiento será masivo.

En principio, los profesores de Infantil y Primaria pararán desde las 15.00 hasta las 17.00 horas, y los de Secundaria podrán escoger entre esa franja horaria o de 12.00 a 14.00 horas. Hay convocada una manifestación a las 12.00, que discurrirá entre la plaza de la Universitat y la sede de la Delegación del Gobierno.

El SEC opta además por convocar una huelga general de 24 horas "porque este sindicato considera imprescindible demostrar al Gobierno de Aznar y al imperialismo que está en contra de esta masacre", explicó Aniol Santo. "La comunidad educativa no puede estar al margen de lo que consideramos una guerra inmoral, injusta e ilegal, y es necesaria una actitud activa, tal como han venido demostrando los estudiantes", señaló ayer Carles Martínez, del sindicato USTEC-STE.

Jaume Graells, de UGT, reconoció que "hace días que los profesores comentan que ya convenía que se decidiera llevar a cabo esta acción", y subrayó que el paro supone "un elemento de carácter educativo de primer orden", en el que el profesorado y los trabajadores de la enseñanza "toman posición y se comprometen ante los propios alumnos".