Los misiles dañan una maternidad

Ocho y media de la tarde. Otra ronda de misiles hace temblar el centro de Bagdad. Hemos perdido la cuenta de cuántos van. Nos preguntamos cuál habrá sido el objetivo. Salvo que las bombas alcancen una zona civil y provoquen una matanza, no lo sabremos hasta mañana. No hay toque de queda, pero nadie sale del hotel sin permiso y escolta de un guía del Ministerio de Información.

Incluso de día, cuando se pasa delante de edificios reventados, las autoridades iraquíes prohíben que se tomen imágenes. Explican que es para no dar información al enemigo. Y, sin embargo, los ojos entrenados puede...

Ocho y media de la tarde. Otra ronda de misiles hace temblar el centro de Bagdad. Hemos perdido la cuenta de cuántos van. Nos preguntamos cuál habrá sido el objetivo. Salvo que las bombas alcancen una zona civil y provoquen una matanza, no lo sabremos hasta mañana. No hay toque de queda, pero nadie sale del hotel sin permiso y escolta de un guía del Ministerio de Información.

Incluso de día, cuando se pasa delante de edificios reventados, las autoridades iraquíes prohíben que se tomen imágenes. Explican que es para no dar información al enemigo. Y, sin embargo, los ojos entrenados pueden describir con detalle el alcance de los daños. Por más que lo deseen, los responsables de los servicios secretos no logran evitar que los periodistas vean los dos lados de la calle.

Ocurrió ayer, cuando se corrió la voz de que los bombardeos de la mañana habían alcanzado una maternidad de la Media Luna Roja. Sí, pero no. La clínica, que desde el inicio de la guerra había reducido sus actividades a consultas externas, se halla justo enfrente de la Feria Internacional de Bagdad, objeto del ataque. Los tres o cuatro misiles dejaron estas instalaciones reducidas a escombros. El temblor, los cascotes y las esquirlas afectaron a todo el barrio de Mansur. Según los iraquíes, hubo "varios muertos" y 25 heridos. El responsable de seguridad adviertió a los periodistas de que sólo podían fotografiar el lado de la maternidad, ignorando el recinto ferial.