'Falsa inocencia' reivindica la duda a través de la obra de 28 artistas actuales

La Fundación Miró reúne 40 creaciones de colecciones francesas

"Hoy [por ayer] es un día triste en el que parece que la inteligencia vuelve a estar de luto, pero tal vez por eso parece adecuado para hablar de arte y de una exposición que reivindica la inteligencia a través del mecanismo de la duda", señaló ayer David G. Torres, comisario de la exposición Falsa inocencia, que hasta el 1 de junio se presenta en la Fundación Miró de Barcelona. Torres se refería a la apariencia ingenua de gran parte de las obras de la exhibición, que, asegura, esconden siempre una segunda lectura de carácter crítico respecto a la sociedad, la política o el mismo arte....

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"Hoy [por ayer] es un día triste en el que parece que la inteligencia vuelve a estar de luto, pero tal vez por eso parece adecuado para hablar de arte y de una exposición que reivindica la inteligencia a través del mecanismo de la duda", señaló ayer David G. Torres, comisario de la exposición Falsa inocencia, que hasta el 1 de junio se presenta en la Fundación Miró de Barcelona. Torres se refería a la apariencia ingenua de gran parte de las obras de la exhibición, que, asegura, esconden siempre una segunda lectura de carácter crítico respecto a la sociedad, la política o el mismo arte.

El título de la exposición, Falsa inocencia, es suficientemente elocuente de la intención del comisario. "He intentado llamar la atención del espectador para que busque qué hay detrás de estos objetos", indicó Torres. "Es una reivindicación de la duda", añadió, en el sentido de que la formalización de las obras, en muchos casos de corte naïf, "a veces bordea el ridículo", pero en su opinión mantienen un transfondo de cuestionamiento político o social.

Es un transfondo que a veces no es fácil descubrir si se desconoce el contexto y origen de las obras. Por ejemplo, el israelí Uri Tzaig presenta el vídeo Infinity (1998), en el que durante 30 minutos se representa un partido de un deporte inventado cuyas reglas resultan imposibles de descifrar por el espectador. Para Torres es una metáfora de la sociedad. Otra pieza, del grupo estadounidense General Idea, consiste en una gran fotografía de un niño que acaba de beber un vaso de leche que alude a una campaña para fomentar el consumo de leche como forma de hacer salud. El colectivo activista subvierte esta campaña haciendo que el niño tenga aspecto de neonazi y el bigotito de la leche se asemeje al de Hitler. Su irónica crítica al american way of life se titula Nazi Milk.

Repensar el arte

Obras como el Spaghetti man, de Paul McCarthy -en el que un muñeco con cabeza de conejo exhibe un largo pene que se enrolla por el suelo como un espagueti- o el Dialogue 1, de Mike Kelley -en el que dos inocentes animalitos de tela pasan de hablar de la democracia a declararse su amor para acabar insultándose-, representan otras maneras de ironizar sobre la sociedad contemporánea. "En el fondo, la exposición plantea durante todo el rato una relectura del ready made de Duchamp en el sentido de volver a pensar o de volver a realizar las cosas de otra manera", señaló David G. Torres. Esta descontextualización es evidente en piezas como Remake, de Pierre Huyghe, en la que reproduce fotograma a fotograma, pero con actores no profesionales y en otro escenario, la película La ventana indiscreta, de Hitchcock; The Nam, de Fiona Banner, en la que la artista explica en un libro de 1.000 páginas sus recuerdos de seis películas sobre la guerra de Vietnam; o en las dos piezas de Simon Starling en las que el artista presenta una silla de diseño de Charles Eames rehecha utilizando el metal de una bicicleta y una bicicleta rehecha con el metal de una silla de Eames.

El vídeo de un penalti que nunca llega a lanzarse, de Martín Anson; las mesas y sillas en las que al sentarse suena la música de Kraftwerk, de Angela Bulloch, o la fotografía aparentemente anodina de Noritoshi Hirakawa que se presenta acompañada de un certificado en el que una pareja de las que aparecen en ella certifica que en aquel momento estaban copulando son otras de las obras que pueden verse en esta exposición junto a trabajos de, entre otros, Maurizio Cattelan, Douglas Gordon, Thomas Grunfeld, Negro / Scherubel, Nedko Solakov, Haim Steinvach, Félix González-Torres o Gabriel Orozco.

Todas las obras proceden de colecciones públicas francesas, especialmente de los Fondos Regionales de Arte Contemporáneo (FRAC), que ahora cumplen 20 años.

Inadaptado, de Thomas Grunfeld, y al fondo Nazi Milk, de General Idea, obras presentes en la exposición.CARLES RIBAS
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