AL BORDE DE LA GUERRA | La posición de Rusia

Rusia aplaza un debate sobre la reducción de las cabezas nucleares

El Senado de EE UU ratificó ese mismo tratado la semana pasada

La dirección de la Cámara baja rusa decidió ayer postergar el debate, que debía celebrarse el viernes, para ratificar un importante tratado de reducción de armas nucleares con EE UU a causa del ultimátum planteado a Irak. La decisión se tomó en contra de la opinión del representante del presidente Vladímir Putin y de fuerzas políticas (centristas y liberales), que apoyan al Kremlin. El Senado estadounidense ratificó la semana pasada el tratado.

El tratado, que contempla la reducción del potencial estratégico a un máximo de 2.200 cabezas nucleares por cada una de las partes, en lugar de ...

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La dirección de la Cámara baja rusa decidió ayer postergar el debate, que debía celebrarse el viernes, para ratificar un importante tratado de reducción de armas nucleares con EE UU a causa del ultimátum planteado a Irak. La decisión se tomó en contra de la opinión del representante del presidente Vladímir Putin y de fuerzas políticas (centristas y liberales), que apoyan al Kremlin. El Senado estadounidense ratificó la semana pasada el tratado.

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El tratado, que contempla la reducción del potencial estratégico a un máximo de 2.200 cabezas nucleares por cada una de las partes, en lugar de las 6.000 actuales, fue ratificado la semana pasada por el Senado norteamericano en un intento de ganarse el apoyo de los legisladores rusos a la política contra Irak.

En una conversación telefónica con el presidente Bush, Putin lamentó ayer el ultimátum a Irak. Sin embargo, los dos líderes dejaron claro que no van a congelar sus relaciones, sino todo lo contrario. "Pese a la diferencia en enfoques y valoraciones, es especialmente importante mantener contactos bilaterales en situaciones de crisis como ésta", subrayaron, según el servicio de prensa del Kremlin. Putin, que el lunes había calificado de "error" la intervención militar, lamentó ayer que los "intensos esfuerzos diplomáticos" no hubieran abocado en un "compromiso mutuamente aceptable".

En su conversación con Bush, Putin subrayó que "en cualquier situación, la ONU y su Consejo de Seguridad deben desempeñar un papel central en el mantenimiento de la paz y estabilidad internacional". Y su ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, antes de partir para Nueva York para participar en la sesión del Consejo de Seguridad, afirmó que "las posibilidades de una regulación política del problema son totalmente reales".

Más allá de las frases diplomáticas, Moscú se preparaba ayer para la guerra. El vuelo chárter que cubre el trayecto Bagdad- Moscú una vez por semana volvía a la capital rusa ayer, un día antes de lo previsto, lleno de dignatarios religiosos, entre ellos la máxima autoridad de los musulmanes de Rusia, Talgat Tadzhudín, y el mufti de Bielorrusia.

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A lo largo de la crisis, Rusia ha tratado de no quemar ningún puente con EE UU. En los pasillos de la Duma, algunos parlamentarios expresaban ayer alivio por haber podido evitar el veto (anunciado por Ivanov) en el Consejo de Seguridad. Putin se ha salvado del enfrentamiento directo con EE UU y, previsiblemente, podrá mantener el papel de moderador, consejero, amigo y crítico constructivo que se ha atribuido.

Aunque la situación actual no permite, según la decisión tomada ayer por los dirigentes de la Duma, debatir el tratado de reducción de potencial estratégico nuclear. Este documento hubiera sido ratificado sin dificultad en condiciones normales, ya que fueron los rusos quienes convencieron a los norteamericanos de la necesidad de firmarlo. Ahora, sin embargo, "los plazos dependen de la medida en que EE UU tenga en cuenta la posición de Rusia al resolver el problema de Irak", manifestó el jefe del Comité de Exteriores, Serguéi Shishkariov.

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