Bush: "Djindjic será recordado por democratizar su país"
El asesinato del primer ministro serbio, Zoran Djindjic, conmovió ayer de manera profunda a toda la comunidad internacional. EE UU condenó el magnicidio y destacó la labor de Djindjic en el proceso de democratización de Serbia y el desmantelamiento del régimen de Milosevic. "Djindjic será recordado por su papel en llevar la democracia a Serbia y en entregar a Slobodan Milosevic a la justicia", afirmó el presidente estadounidense, George W. Bush, en una declaración leída por su portavoz, Ari Fleischer
El canciller alemán, Gerhard Schröder, expresó su consternación y calificó al primer mi...
El asesinato del primer ministro serbio, Zoran Djindjic, conmovió ayer de manera profunda a toda la comunidad internacional. EE UU condenó el magnicidio y destacó la labor de Djindjic en el proceso de democratización de Serbia y el desmantelamiento del régimen de Milosevic. "Djindjic será recordado por su papel en llevar la democracia a Serbia y en entregar a Slobodan Milosevic a la justicia", afirmó el presidente estadounidense, George W. Bush, en una declaración leída por su portavoz, Ari Fleischer
El canciller alemán, Gerhard Schröder, expresó su consternación y calificó al primer ministro asesinado de "depositario de las esperanzas" de su país tras años de dictadura y de guerras. Desde Moscú, el Kremlin manifestó su "indignación" por el asesinato y alabó el papel desempeñado por el malogrado político en el camino de reformas en ese país balcánico.
En Londres, el primer ministro británico, Tony Blair, calificó el asesinato de "cobarde" y expresó su deseo de que Serbia continúe en el camino de la integración europea. Desde París, en un mensaje al presidente de Serbia-Montenegro, Svetozar Marovic, el jefe del Estado francés, Jacques Chirac, afirmó que "la historia recordará que Djindjic supo optar por la democracia y las reformas para llevar a Serbia al camino de Europa".
El representante internacional para Bosnia, el británico Paddy Ashdown, condenó enérgicamente el asesinato afirmando en Banja Luka, sede administrativa serbobosnia, que era un "horrible acto sea cual sea el motivo que esté detrás de ello". El Gobierno de Macedonia condenó el atentado, acto que calificó de "clásica violencia terrorista y política". El Gobierno de Eslovenia, otra antigua república yugoslava, mostró su inquietud por las posibles consecuencias en la región del magnicidio.