Los rebeldes asesinaron a 50 hijos de policías en Costa de Marfil

Amnistía denuncia una matanza de gendarmes y sus familias

Unos 60 policías costamarfileños y 50 de sus hijos fueron asesinados el 6 de octubre en la localidad de Bouaké, en el centro del país, por guerrilleros del Movimiento Patriótico de Costa de Marfil (MPCI), según denuncia un informe de Amnistía Internacional (AI), publicado anoche. Desde el estallido de la guerra civil, el 19 de septiembre, se han producido numerosas matanzas atribuidas a los distintos bandos. Bertrand Ramcharan, vicepresidente del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, exige una investigación internacional de todas las atrocidades.

El informe ...

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Unos 60 policías costamarfileños y 50 de sus hijos fueron asesinados el 6 de octubre en la localidad de Bouaké, en el centro del país, por guerrilleros del Movimiento Patriótico de Costa de Marfil (MPCI), según denuncia un informe de Amnistía Internacional (AI), publicado anoche. Desde el estallido de la guerra civil, el 19 de septiembre, se han producido numerosas matanzas atribuidas a los distintos bandos. Bertrand Ramcharan, vicepresidente del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, exige una investigación internacional de todas las atrocidades.

El informe Costa de Marfil: la continuación de los crímenes impunes sostiene que fueron detenidos por elementos del MPCI tras la conquista de Bouaké, conducidos a un cuartel y ejecutados. AI recuerda que los responsables de la guerrilla, la principal de las tres que operan en el país, reconocen la muerte de los gendarmes (policía militarizada), pero no su asesinato; aseguran que perecieron en combate.

AI basa su texto en una investigación en el terreno, con entrevistas a testigos y supervivientes. Amnistía afirma que estos testimonios desmienten la versión del MPCI. "Los gendarmes fueron detenidos el 6 de octubre y conducidos al Estado Mayor del la 3ª Legión de la Gendarmería; no murieron luchando", dice.

Junto a los policías fueron ejecutados una cincuentena de niños, hijos de los propios agentes, y algunos civiles. La matanza ocurrió el 6 de octubre en tres oleadas sucesivas. Los supervivientes afirman que "fueron obligados a transportar cadáveres y a enterrarlos en fosas comunes". Los investigadores de AI constataron la existencia de numerosos impactos de bala en los muros.

Bouaké, la segunda ciudad del país, cayó el 6 de octubre en poder del MPCI, grupo que, junto al Movimiento por la Justicia y la Paz (vinculados a Liberia), se lanzó a una guerra abierta contra el Gobierno constitucional de Laurent Gbagbo tras el fracaso de un confuso golpe de Estado, el 19 de septiembre.

La denuncia de AI, que confirma y documenta las sospechas del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, publicadas en diciembre, llega en un mal momento para el MPCI, que debe de entrar en el Gobierno de reconciliación nacional pactado en los acuerdos de paz auspiciados por Francia. El portavoz rebelde, Sidi Konaté, reaccionó ayer con cautela desde París: "Estoy sorprendido. Si Amnistía asegura eso, pienso que tendremos ocasión de aportar nuestras pruebas. No es la hora de la polémica. Si hay que hacer clarificaciones, las haremos con responsabilidad".

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Hay sospechas de otras matanzas, ejecuciones extrajudiciales y secuestros (no investigados aún) en Abiján, Korhogo, Man y Bouaké, y que afectan a todos los bandos.

Costa de Marfil era el país más estable de África hasta diciembre de 2000, cuando el general Robert Gueï encabezó un golpe. Este militar, desplazado después por las urnas, intentó una nueva asonada el 19 de septiembre de 2002, en la que perdió la vida. La presencia de 2.000 soldados franceses ha evitado el derrumbe del Gobierno legal.

Niños refugiados de las guerras de Liberia y Sierra Leona, en un campo de ACNUR abierto ayer en Costa de Marfil.EPA

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