El MNAC acabará las obras a final de 2004

El proyecto incluye dos ascensores en plena Sala Oval La llegada de la colección Thyssen al Palau Nacional obliga a cambiar el plan museográfico

La fecha definitiva aún no está fijada, pero se prevé que "a finales" de 2004 se habrán acabado las obras en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Habrán pasado 20 años desde que se le realizó el primer encargo a la arquitecta italiana Gae Aulenti para que coordinara la rehabilitación del Palau Nacional de Montjuïc y en conjunto habrá costado más de 90 millones de euros. Las obras de la tercera y última fase de rehabilitación comenzaron en febrero de 2000 y ahora se está trabajando ya en la fase de arquitectura e instalaciones de la primera planta, que acogerá las colecciones del Bar...

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La fecha definitiva aún no está fijada, pero se prevé que "a finales" de 2004 se habrán acabado las obras en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Habrán pasado 20 años desde que se le realizó el primer encargo a la arquitecta italiana Gae Aulenti para que coordinara la rehabilitación del Palau Nacional de Montjuïc y en conjunto habrá costado más de 90 millones de euros. Las obras de la tercera y última fase de rehabilitación comenzaron en febrero de 2000 y ahora se está trabajando ya en la fase de arquitectura e instalaciones de la primera planta, que acogerá las colecciones del Barroco y los siglos XIX y XX, además de la biblioteca, los gabinetes de fotografía y numismática, y un restaurante con vistas panorámicas sobre la ciudad. A esta planta se accederá por dos ascensores transparentes situados en plena Sala Oval.

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Las obras propiamente dichas tienen que entregarse en mayo de 2004, pero aunque estos plazos tan ajustados pudieran cumplirse, es prácticamente imposible que el museo pueda abrir sus puertas, como se dijo en un principio, durante el verano de este año ya que la fase de instalación de las nuevas colecciones durará varios meses. En el museo ahora se habla genéricamente del "otoño" o "finales" de 2004, por lo que el centro no podrá estar completamente abierto y terminado durante el Fòrum de las Culturas, aunque sí se presentará en el centro una exposición aún no determinada, al parecer sobre arte medieval, que sustituye a la más ambiciosa prevista inicialmente, que versaba sobre la relígión vista desde distintas culturas.El proyecto arquitectónico de esta última fase tiene dos grandes novedades. La primera es que para acceder al piso superior se situarán dos ascensores transparentes en la Sala Oval, alineados con las entradas de la tienda y la librería que flanquearán la entrada a este gran salón, que en parte será ahora transitable también en su parte superior. La otra es que en el proyecto arquitectónico de la primera planta se ha optado por crear dos patios abiertos que permitirán al visitante ver en qué parte del museo se encuentra gracias a la ayuda de las torres y cúpulas que coronan el palacio.

"En esta última fase buscamos más una relación con el exterior en momentos concretos, tanto a través de estos patios como de las ventanas que permiten ver el paisaje", señaló ayer Josep Benedito, arquitecto responsable del proyecto junto a la italiana Gae Aulenti, que fue la única responsable de la primera fase. Eduard Carbonell, director del museo, señaló ayer: "Aulenti se encarga del diseño de las partes públicas y Benedito, del recorrido expositivo".

La colección Thyssen

Esta última fase afecta a 24.000 metros cuadrados, de los que 5.000 se dedicarán a la exposición permanente. De éstos, 1.000 metros cuadrados se han ganado en la planta baja. Será allí donde quedará colocada la colección Thyssen, actualmente ubicada en el monasterio de Pedralbes. Está previsto que el convenio entre el museo y la Fundación Thyssen pueda firmarse en el plazo máximo de un mes, indicó ayer Carbonell, lo cual permitirá presentar de forma totalmente definitiva el programa museográfico del Palau Nacional.

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La incorporación de la Thyssen, de hecho, ha desbaratado los planes iniciales y ha obligado a perder espacios de reserva en algunos puntos para permitir la redistribución de la colección. Ahora está previsto que tras las últimas salas dedicadas al Renacimiento se pase a un espacio monográfico dedicado a la colección Cambó y, tras el paréntesis de las obras de Carracci, pasar después a la Thyssen.

Desde estos pequeños museos dentro del museo se accederá a la Sala Oval y, desde allí y a través de los ascensores, se subirá a la primera planta, en donde el recorrido continuará con el Barroco, con un especial énfasis en las pinturas del Siglo de Oro español que conserva el museo. Esta parte estaba previsto situarla inicialmente en la planta baja, lo cual dejaba todo el piso superior para los siglos XVIII, XIX y XX. Tal como está ahora, el Barroco dará paso a los estilos rococó, academicismo y romanticismo para desembocar en un amplio espacio dedicado a Marià Fortuny y pasar después a los precedentes del modernismo.

En la otra ala del recorrido se concentrará el arte desde el modernismo hasta la posguerra española, haciendo especial hincapié en los maestros de vanguardia de principios del siglo XX. Enmedio de las dos alas se situará un restaurante que contará con una de las mejores vistas panorámicas sobre Barcelona. Queda aún por definir cuándo se realizará el traslado tanto de las obras del Museo de Arte Moderno, actualmente abierto en el parque de la Ciutadella, como de la colección Thyssen, que permanece en el poco visitado monasterio de Pedralbes.

Aspecto actual de lo que será una de las aulas de la biblioteca de arte que se situará en el MNAC.EFE

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